Bibiana Belsasso

Entre desaparecidos y autodefensas

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Bibiana Belsasso 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

México enfrenta una crisis humanitaria y de derechos humanos ante las más de 94 mil personas desaparecidas de 1964 a la fecha, así lo reconoce el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas.

En los tres primeros años del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el acumulado es de más de 24 mil desapariciones y contando, según registros de las mismas autoridades.

Éste es el panorama con el que se encuentra el Comité para la Desaparición Forzada de la ONU, que está en México y que comenzó a visitar 12 estados para dialogar con autoridades, comisiones de derechos humanos, familiares y colectivos para participar en exhumaciones y visitar centros de detención federales y estatales, a fin de elaborar un informe de la situación en el país, el cual será presentado en marzo del próximo año.

El Comité de la ONU, encabezado por su presidenta, Carmen Rosa Villa Quintana, anunció que el eje central de su visita, de 11 días, es identificar las formas de prevenir y erradicar la desaparición de personas en el país.

Calificó la visita a México, las próximas dos semanas, como histórica, no sólo porque el país se ha abierto al escrutinio del Comité, sino porque es la primera visita que esa instancia realiza a nivel internacional, a 11 años de su creación.

Estas cifras de desaparecidos podrían, incluso, ser mucho más altas. Recordemos que en muchas de estas desapariciones no hay denuncias presentadas. Algunos son migrantes y otros por ajustes de cuenta de la batalla entre grupos del crimen organizado.

Lo que ha costado mucho trabajo y se ha intentado en varias ocasiones es hacer un registro real de las personas que han desaparecido.

Alejandro Encinas destacó que la actual administración está construyendo un nuevo paradigma en materia de las políticas públicas y responsabilidades del Estado, para enfrentar esta crisis humanitaria, que incluye el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y no Localizadas, y aseguró que han destinado mil 200 millones de pesos para fortalecer a las comisiones estatales de búsqueda.

Pero varios colectivos aseguran a los medios de comunicación que el esfuerzo muchas veces queda sólo en buenas intenciones, porque hace falta mucho apoyo, tanto en lo legal como en lo económico.

Visita inédita

Funcionarios del Comité de la ONU contra Desaparición Forzada llegaron el lunes.
Funcionarios del Comité de la ONU contra Desaparición Forzada llegaron el lunes.Foto: Especial

Mientras que Encinas reiteró que la crisis de desapariciones que vive actualmente el país, se deriva de la guerra sucia y de la "mal llamada guerra contra el narcotráfico", una guerra entre grupos criminales que con esta administración solamente se ha recrudecido.

El ejemplo más reciente es la reunión realizada el pasado 10 de noviembre en Tierra Caliente, Michoacán, donde Cárteles Unidos anunció su contraofensiva contra el Cártel Jalisco Nueva Generación.

Se trata de la coalición conformada por los grupos criminales: Los Viagra, Los Caballeros Templarios, el Cártel de Tepalcatepec del Abuelo Farías, los Blancos de Troya y La Familia Michoacana. Ahora se hacen llamar Pueblos Unidos contra El Mencho.

Dicen ser autodefensas y buscan combatir la entrada del Cártel Jalisco, que comenzó en 2018, pero que se intensificó en este año, cuando ambos grupos incrementaron los bloqueos, las emboscadas y los homicidios en la zona.

La realidad es que todos estos grupos están enfrentados entre sí por una disputa de control de territorios.

Ahora, el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, dijo que no se permitirán grupos armados al margen de la ley. Y advirtió que las Fuerzas Federales serán las encargadas de desarmar a estas células. El mandatario estatal negó la existencia de los grupos de autodefensas y calificó a esos movimientos armados como un montaje para cometer acciones fuera de la ley.

Aunque estos grupos han dicho a los medios que se han reunido con autoridades locales y federales, las autoridades no confirman esta información.

En 2013, para hacer un trabajo periodístico, visitamos toda la zona de las autodefensas en Michoacán. La situación era ya muy complicada.

En esa ocasión entrevisté a Alfredo Castillo, entonces comisionado de Seguridad en Michoacán, designado por el gobierno de Enrique Peña Nieto.

En ese momento, distintos grupos de las llamadas autodefensas buscaban tener el control de Apatzingán, un municipio que está en el corazón de Tierra Caliente y que, además, era el centro de operación de Los Templarios.

En ese momento explicó que se empezaban a generar divisiones internas entre los autodefensas, y esa situación hizo que se generaran dos grupos. Éstos, explicó, originalmente eran los de El Americano con Los Viagras, muy operativos para el tema de la captura de La Tuta, y el grupo de Hipólito Mora con los de Tepalcatepec, Juanita, Martín Barragán, entre otros.

Hoy, la disputa es por Tepalcatepec, Aguililla y el mismo Apatzingán, los cárteles han cambiado de nombre, pero los personajes parecen ser los mismos como de ese año, cuando platiqué con Castillo.

Incluso, con la finalidad de regular y mantener el control, el entonces comisionado de Seguridad en Michoacán se reunió y pactó estrategias y acciones de coordinación con las policías comunitarias, con el fin de recuperar la seguridad de la zona de Tierra Caliente, sin embargo, los homicidios dolosos se incrementaron.

A esas autodefensas les permitieron portar sus armas y les dieron equipo táctico, sin embargo, con el tiempo se supo que muchos de sus integrantes eran sicarios o que prefirieron sumarse a grupos criminales porque les pagaban.

En aquella ocasión, Castillo también comentó que “comenzaron los conflictos políticos, no electorales, como de grupos que tenían intereses propios: como los limoneros”, en esa ocasión se les cobraba una cuota a los agricultores para vender su producto o para pasar de una comunidad a otra.

Los criminales han querido y quieren el control de las tierras, han despojado a los agricultores de sus tierras de cosecha, desde los limoneros hasta las tierras para la cosecha de aguacate, porque, sin duda, es un gran negocio, y eso es lo que quieren estos criminales, despojar de sus tierras a los agricultores.

Mientras que continúan las amenazas a dueños y encargados de las minas. Incluso, hoy muchos yacimientos operan para los mismos grupos criminales que se hacen llamar autodefensas.

Como lo explicó Alfredo Castillo: “hay muchas autodefensas que impulsan causas legítimas, pero otras defienden las propias, aunque éstas estén al margen de la ley. El tema es que empiezas a tener grupos”, continúa Castillo, “y ellos empiezan las descalificaciones, acusándose de ser templarios, perdonados, de Los Viagras, de El Americano. Y entonces se genera, ante la tranquilidad que existía, una situación mediática que empieza a cobrar fuerza”.

Tal parece que a siete años del surgimiento de las autodefensas la historia se repite, los mismos grupos resurgen, se dividen Tierra Caliente, donde permanece la misma situación con habitantes exiliados de sus comunidades, con comerciantes extorsionados.

Hoy, la situación de violencia es mucho peor que hace 7 años. Urge una estrategia muy dura contra estos grupos para poder recuperar la paz  y la legalidad en toda esa zona.

Es verdad lo que dice el gobernador de Michoacan, que nadie debe estar armado ni ejercer la ley por ellos mismos.

Ahora que en verdad trabajen en ese sentido, si no lo hace ya de forma contundente, ese estado quedará bajo el mando de estos grupos armados y les ganarán el territorio a las autoridades locales y federales.