La detención del general

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso
Bibiana Belsasso
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El jueves por la tarde nos enteramos que el general Salvador Cienfuegos había sido detenido por autoridades estadounidenses al llegar a Los Ángeles, California, con su familia.

El arresto se dio a petición de la Agencia de Drogas Estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés), que hasta ahora sabemos se basa en declaraciones de testigos protegidos y asegura tener llamadas interceptadas donde supuestamente el general estuvo en contacto con narcotraficantes.

Todo es muy raro, para empezar, ¿por qué el general estaría en contacto personalmente con los delincuentes?

Horas después de la captura, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, informó que la justicia estadounidense lo acusa de cinco cargos relacionados con narcotráfico.

Fue cuando ya estaba detenido el general, que las autoridades estadounidenses le informaron a las mexicanas. Llama la atención, que, junto con el general, su familia también fue resguardada por autoridades estadounidenses por horas, violando claramente sus derechos humanos y México ni siquiera ha enviado una nota de inconformidad a Estados Unidos.

Cienfuegos, de 72 años, está siendo investigado por la misma fiscalía de Nueva York que lleva el caso de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad con Felipe Calderón, y que sentenció a Joaquín El Chapo Guzmán.

García Luna es acusado de recibir sobornos millonarios del Cártel de Sinaloa durante su gestión. Su nombre surgió en el juicio en contra de El Chapo Guzmán.

Jesús El Rey Zambada, hermano de Ismael El Mayo Zambada, quien se ha quedado a la cabeza del Cártel de Sinaloa desde la extradición de Guzmán Loera a Estados Unidos, aseguró que García Luna habría recibido sobornos millonarios por parte de ese cártel.

Son los propios narcotraficantes durante sus juicios, quienes buscan una reducción en su condena, los que culpan a personajes como García Luna y ahora al general Salvador Cienfuegos. Por lo pronto, en el proceso judicial, García Luna se ha declarado “No culpable” y la fiscalía aún no puede terminar de armar el caso. ¿Será que no tienen pruebas suficientes?

Al parecer el general Cienfuegos ha sido detenido sobre la base del testimonio de un testigo protegido. La experiencia nos ha enseñado a desconfiar de estos testigos que reciben beneficios a cambio de testimonios que quiere el fiscal.

Asegura que el general advirtió al H-2 de las investigaciones en curso que realizaba el Gobierno de Estados Unidos en contra del cártel y del uso de testigos e informantes.

Las autoridades de la DEA dicen que siguieron durante años los pasos del H-2 e identificaron la protección que les daban las autoridades.

Por lo pronto la juez Carol Amon que revisará el caso de Cienfuegos, es la misma que el año pasado condenó a 20 años de prisión al exfiscal de Nayarit Édgar Veytia por proteger a ese mismo cártel.

Es muy probable que el testigo en contra del general Cienfuegos sea el propio Veytia, porque él sí trabajo para el H-2.

¿QUIÉN ES EDGAR VEYTIA?

Era un fiscal muy poderoso en Nayarit. Las acusaciones indican que estaba relacionado con el Cártel Jalisco Nueva Generación. Durante su gestión se dieron decenas de denuncias de personas desaparecidas que siempre quedaron en la congeladora. Muchos ciudadanos fueron secuestrados y al no pagar el rescate se les mató. Está el caso de una persona a la que asesinaron porque le pedían 30 mil pesos a cambio de su vida y la familia sólo pudo conseguir 3 mil.

Las fosas clandestinas localizadas en el municipio Xalisco, no fueron un hecho aislado, sino que responden a una ola criminal vivida en ese estado con mucha mayor intensidad durante la gestión de Veytia.

Hubo más de 150 denuncias de desapariciones ocurridas en Tepic, Xalisco y San Blas. En su desesperación, familiares de los ausentes organizaron grupos en redes sociales en los que divulgaron las identidades de los desaparecidos y pidieron ayuda.

Fue entonces que la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas brindó apoyo y se creó el Grupo de Búsqueda en Tepic, para localizar posibles fosas clandestinas.

Al día siguiente, gracias a una denuncia anónima, apareció la primera con siete cuerpos, la cual fue edificada entre Tepic y Xalisco.

Paradójicamente, durante la gestión de García Luna, fue detenido El Rey Zambada, quien estuvo recluido en México de 2008 a 2012, cuando García Luna seguía al frente de la SSP y, fue extraditado a Estados Unidos acusado de enviar toneladas de cocaína a ese país.

Las acusaciones que han trascendido hasta ahora no parecen suficientes como para mantener en prisión a García Luna. La denuncia sin pruebas documentales de un narcotraficante, aunque se haya convertido en testigo protegido, no son suficientes.

Mientras tanto, el golpe a México con la detención de Cienfuegos es brutal. De alguna forma se está culpando al Ejército mexicano, todos los que trabajaron con el general Cienfuegos, tienen hoy los más altos cargos en el Ejército.

La fiscalía neoyorquina deberá ahora transparentar estas acusaciones y demostrar que las mismas tienen sustento. Y esperemos que no sean simplemente golpes políticos con los que la DEA tiende a justificar su trabajo, luego de estar fuertemente enfrentados con otras agencias de seguridad de Estados Unidos. Y recordemos que estamos a dos semanas de las elecciones en aquel país.