Bibiana Belsasso

La economía moral no crea empleos

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso
Bibiana Belsasso
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El pasado domingo, el Presidente López Obrador informó que en lo que va de agosto se han recuperado más de 66 mil empleos, y que eso se debía a la estrategia de su Gobierno para enfrentar la crisis económica generada por el Covid-19.

El Presidente dijo que su fórmula ha dado “muy buenos resultados”, la cual se basa en la “economía moral”, que consiste en apoyar a la población de manera directa y no a las grandes empresas y corporaciones.

Incluso dijo: “Estamos aplicando una fórmula que nos ha dado muy buenos resultados, la vamos a patentar, es economía moral hecha en México, porque no les está funcionando la estrategia que se aplica siempre en otros países”.

¿En qué consiste la fórmula de la economía moral? El Presidente asegura que “es muy sencillo, en vez de dar apoyos arriba, como siempre se ha hecho, a las corporaciones, a las grandes empresas, a los bancos, nosotros estamos dándole apoyo a la gente, de manera directa, mucho apoyo del Gobierno en programas sociales, en créditos para pequeñas, para medianas empresas, tanto del sector formal, como de la economía informal”.

Es verdad, en agosto pasado se recuperaron 66 mil empleos, pero ni remotamente son los trabajos ni con los sueldos ni las prestaciones que se tenían. Hasta junio de este año se habían perdido más de 1,181,000 empleos formales, de acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Esta cifra es la pérdida de empleos presentada por el IMSS, pero sólo consideran a los trabajadores del sector formal. En nuestro país alrededor de la mitad de los trabajadores ocupados se encuentran en el sector informal o en empresas formales que no cuentan con vínculos reconocidos por la ley.

De acuerdo con la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo de abril del Inegi, la Población Económicamente Activa perdió 12.5 millones de personas.

Pero, además, a muchos trabajadores que han tenido la suerte de no perder su empleo, les han reducido sueldos.

La clase media, media baja en México está resintiendo de manera muy violenta la crisis económica.

Menos ingresos, menos gasto, menos consumo y eso afecta toda la cadena económica, desde a la señora que vende comida en su fonda, hasta los grandes almacenes, los meseros y los restaurantes, el turismo que representa 8.8 por ciento de los empleos en todo el país entre muchos otros sectores.

En junio, la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, informó a diputados que casi medio millón de los dos millones de empleos que el Gobierno estima crear, serán por la inscripción de beneficiarios en programas sociales. Es así como el Gobierno busca integrar a los 202 mil beneficiarios del programa Sembrando Vida.

Esto es gravísimo, porque en realidad no son empleos; son apoyos que van en promedio de dos mil pesos, no se comparan con el ingreso perdido de familias que sostienen la económica de este país con los impuestos que pagan, que según el Inegi era de aproximadamente 16 mil pesos al mes.

Sin los impuestos de esas familias, en poco tiempo no habrá ni siquiera para los apoyos sociales.

No estoy en contra de los apoyos, ni que se ayude a los mas necesitados, es más, soy de las que cree que es una obligación —ahí sí moral— del Estado sacar adelante a esa gente.

No está peleada una cosa con la otra, no es la clase media contra los que viven en pobreza. Es el trabajo de la clase media lo que genera recursos a través de su trabajo para poder apoyar a los más necesitados, y en México hoy esa clase trabajadora está olvidada.

El presidente del Inegi, Julio Santaella, asegura que la contracción del PIB de 17.3 por ciento en el 2T de este año es la mayor caída en la historia de ese indicador, superior al de 1995 y 2009.

Por su parte Moody´s considera que la baja se debe a la ineficiencia del Gobierno para controlar la pandemia y la crisis económica, y Bank of América estima que la recuperación económica para México será muy lenta y que, si no hay un cambio en la política económica, no habrá crecimiento en todo el sexenio.

Esto se traduce en mayor desempleo o empleos con menores ingresos, y aunque se patente la “economía moral” de México, ningún país que tenga expectativas de mejorar su economía seguirá los pasos de nuestro país.

Veamos el caso de China, país donde su producción industrial creció 4.8% interanual en julio, cifra que consolida su tendencia de recuperación tras la crisis por el nuevo coronavirus.

Fuera de los censos

Si bien se tiene registro de la pérdida de más de un millón de empleos formales, se estima que esta cifra supera los 12 millones al considerar al sector informal.FOTO: ROGELIO MORALES /CUARTOSCURO.COM
Si bien se tiene registro de la pérdida de más de un millón de empleos formales, se estima que esta cifra supera los 12 millones al considerar al sector informal.FOTO: ROGELIO MORALES /CUARTOSCURO.COMFoto: Cuartoscuro

Hay que recordar que este indicador se había desplomado un 13.5% interanual en los dos primeros meses de 2020, en marzo arrojó un 1.1% negativo, y a partir de abril comenzó su repunte.

En mayo, China inyectó 79 mil millones de dólares a su economía para reactivar a la industria tras el Covid-19. El Gobierno también puso en marcha medidas de apoyo fiscal, incluyendo exenciones fiscales, recortes en las cotizaciones a la seguridad social y subsidios para las empresas.

Es así como la fórmula China ha logrado que su país, en el segundo trimestre del año, eleve su PIB a 3.2% respecto al mismo periodo del 2019.

Veamos el caso de Alemania, donde la confianza de los inversores subió a 71.5 desde 59.3 puntos en julio, superando la previsión de 58.0 de un sondeo entre economistas realizado por Reuters.

Aunado a este impulso, el gobierno alemán espera que su paquete de estímulo de más de 130 mil millones de euros (153 mil 170 millones de dólares) ayude a restaurar el crecimiento. Su previsión es que la economía se contraiga un 6.3% este año, para repuntar un 5.2% en 2021.

En América Latina, la Organización Internacional del Trabajo estima que la caída en el crecimiento económico para este año ronde el -9 por ciento.

El centro de estudios The Economist Intelligence Unit señala que los países que podrían recuperar su nivel de crecimiento previo a la pandemia hacia fines de 2022 son: Colombia, Chile, Perú, Paraguay, Uruguay, República Dominicana, Costa Rica y Panamá.

Chile es uno de los países que ha llamado la atención en el continente. Hace unos días, el presidente Sebastián Piñera presentó el "Plan Paso a Paso Chile se recupera", el programa de reactivación económica y de inversión con el que el gobierno pretende recuperar 1.8 millones de empleos que se han perdido en el marco de la pandemia.

Además, se apoyará a las Pymes a través de incentivos y alivios tributarios, como la rebaja del Impuesto de Primera Categoría a un 10%, la postergación del pago del IVA y la depreciación y amortización del 100% de las inversiones en bienes físicos del activo fijo y en ciertos activos intangibles. También habrá un conjunto de medidas para agilizar permisos y requisitos para realizar inversiones y promover el desarrollo de Pymes.

Mientras tanto en México, las proyecciones de los especialistas no son nada alentadoras debido a la escasa inyección de estímulos del Gobierno federal para apuntalar el crecimiento del Producto Interno Bruto y la inversión.