Bibiana Belsasso

El extraño caso del atentado a Cabañas

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso
Bibiana Belsasso
Por:

Salvador Cabañas, el exfutbolista del América, quien sufrió un atentado en el Bar Bar, en la Ciudad de México, hace 11 años, ha aparecido nuevamente en una entrevista a la radiodifusora colombiana Alargue Caracol.

Cabañas cuenta que, a pesar de todo, vive bien, con lo justo. "Tengo ya problemas de la vista y no voy a recuperarme nunca de eso. Ya no veo bien del lado izquierdo y eso me da problemas cuando llego a jugar, pero ahí sigo, de pie".

Y es que la bala que le impactó el cerebro tuvo consecuencias. El futbolista está prácticamente ciego del ojo izquierdo, además de sufrir diversos dolores y molestias en el cuerpo.

Seis meses después del atentado, Cabañas declaró en Paraguay, a solicitud de la justicia mexicana, y siempre dijo que no reconocía a los agresores. Que estaba lúcido, pero que, a consecuencia de la bala, había sufrido pérdida de memoria.

Al jugador se le mostraron fotografías de los agresores: El JJ y de su cómplice, El Contador, y aseguró que logró identificarlos.

Ese atentado acabó con la vida profesional del futbolista, pero dejó muchas interrogantes aún sin resolver.

Hoy, Cabañas asegura estar bien económicamente, a pesar de los juicios que tuvo con su exesposa. "Tengo algunos negocios y además la Federación paraguaya me paga por ayudar con la selección. Estoy tranquilo, pero eso sí, no pienso salir más de Paraguay, ese virus (Covid-19) es muy malo. Me quedo en la casa de mis padres".

Junto con Jorge Fernández Menéndez, publicamos un capítulo completo del caso de Salvador Cabañas en el libro Justicia Inútil, publicado por editorial Taurus, y son muchas las vertientes que pudieron haber estado involucradas en este caso, como las apuestas en el futbol, algo que, a estas alturas, difícilmente sabremos la verdad.

El caso de Cabañas es uno más de Justicia Inútil.

Salvador Cabañas tendría que haber estado en el Mundial de Futbol de Sudáfrica con la selección de su país, Paraguay, pero en la madrugada del 25 de enero el sueño terminó: Salvador Cabañas yacía, a las 5:30 de la mañana, en el piso del baño de una discoteca del sur del entonces Distrito Federal, célebre por recibir futbolistas, socialités y toda la fauna social que los acompaña, con un balazo en la cabeza. Nadie había visto nada.

Pero los meseros, que fueron instruidos para desalojar rápidamente a los parroquianos, limpiar la sangre y no dar explicaciones, dejaron los videos de seguridad del local y en pocas horas se pudo saber qué había sucedido.

Con los videos, los investigadores, que pudieron entrar al lugar cuatro horas después de ocurridos los hechos, recrearon la secuencia del ataque al futbolista. En el video se podía apreciar que dos hombres, uno conocido como El JJ, de aproximadamente 35 años de edad, de complexión atlética, así como otro, conocido como El contador o El Paco, fueron identificados como los probables responsables del ataque contra el examericanista.

Alrededor de las 5:14 horas, los agresores suben al sanitario de hombres y dos minutos después, El Paco sale de los servicios y sostiene una plática con una mujer, de la que luego se supo que era una muy joven bailarina cubana que visitaba habitualmente el lugar; mientras que El JJ permanece al interior del baño. Minutos después, Cabañas sube las escaleras que llevaban al baño e ingresa al tiempo que El Paco se despide de la bailarina y se mete de nuevo al sanitario. Pasa menos de un minuto y los presuntos agresores salen del lugar cuando el reloj de la cámara marca las 5:18 horas.

En la grabación se puede observar cómo uno de los encargados de seguridad del bar llega inmediatamente al lugar y habla por su sistema de comunicación interna; mientras que El JJ y El Paco salen caminando sin que nadie los moleste. A las 5:19 horas ya estaban fuera en su camioneta blindada, con un carro de custodia, y huían.

A 11 años del ataque

El examericanista dejó las canchas y actualmente vive con sus padres, en su natal Paraguay. Pese a haber sufrido una estafa por unos cinco millones de dólares, asevera que su situación económica es buena.
El examericanista dejó las canchas y actualmente vive con sus padres, en su natal Paraguay. Pese a haber sufrido una estafa por unos cinco millones de dólares, asevera que su situación económica es buena.Foto: Especial

Lo que sucede es que El JJ era uno de los lugartenientes más importantes de Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, quien fuera jefe de sicarios de Arturo Beltrán Leyva y que, luego de la muerte de éste, se ha enfrascado en una lucha a muerte con sus sucesores por el control de esa organización y sus territorios de operación.

La Barbie era un personaje del mundo del narcotráfico, particularmente conocido porque durante mucho tiempo tuvo el control de buena parte de los centros nocturnos de Acapulco, y estuvo relacionado con mujeres del mundo del espectáculo.

El caso entró en una suerte de cono de sombra. Las versiones sobre el móvil real de la agresión tomaron nuevos rumbos. Durante los primeros días, la Procuraduría descartó que el móvil fuera una diferencia con relación a la joven bailarina cubana que se veía en los videos, pero no se estableció ningún otro móvil. La vuelta de tuerca pareció ser el testimonio del encargado de la limpieza en el baño de caballeros, Javier Ibarra Coronel.

Originalmente, este hombre declaró que había atestiguado un fuerte intercambio de palabras entre Cabañas y Balderas, el presunto agresor, pero que no había podido escuchar lo que decían porque la música estaba muy alta. Ahora sabemos que en su última declaración sostuvo que, en realidad, Balderas le reclamó en uno de los baños a Cabañas por no haber anotado en el juego del día anterior contra Morelia. Que Cabañas lo increpó y Balderas sacó una pistola apuntándole a la cabeza. El exjugador, según la versión del encargado de los baños, le habría dicho que si era tan valiente disparara y que Balderas así lo hizo.

Esta narración puede ser lo que en realidad ocurrió, pero resulta una versión aparentemente fragmentada: ¿de la ausencia de qué goles se quejaba Balderas?, ¿por qué tendría que darse un enfrentamiento tan violento sin antecedentes previos y entre dos hombres que, luego lo supimos, se conocían de tiempo atrás?

Lo cierto es que la investigación no proporcionaba muchas respuestas e incluso, el hecho de que Ibarra hubiera cambiado su declaración original hacía dudar de ella. La realidad es que la PGJDF tampoco definió con precisión en las pesquisas judiciales cómo es que ingresó al local el arma de fuego con la que fue agredido el futbolista, ni la persona que la traía consigo.

Para colmo, en otra historia que parece de una comedia de enredos, tres días después, el subprocurador del DF, Genaro Vázquez, informó que el casquillo de la bala disparada a Cabañas había sido recuperado, pero la versión de dónde fue encontrado resultó inverosímil.

No parece una historia muy creíble. La Procuraduría dijo estar segura de que fue una bala calibre .25 la que le dispararon a Cabañas, pero no puede saberlo. La única forma de saber con certidumbre que ese casquillo es el de la bala que le dispararon al exjugador del América, sería comparándolo con la pistola o con la bala que está alojada en el cerebro de Cabañas. Y, evidentemente, ni una ni otra se han podido recuperar.

El hecho es que pareció existir mucha prisa por tener resultados y por configurar una historia que no tenía cimientos sólidos.

Primero fue la versión de un lío de faldas por la muchacha cubana, Diana, que aparece en el video de seguridad. Eso se descartó. Luego fue el de la riña, que parece probable, pero la pregunta es por qué riñeron. ¿Por qué Balderas le reclamaba a Cabañas por los goles, qué había sucedido? Por supuesto que todo es posible y que, según el testimonio del cuidador del baño, Ibarra, el tal Balderas era un personaje amenazador, muy fuerte y siempre acompañado por su custodio, pero muchas conjeturas se abren en estas historias.

Una de ellas es el de las apuestas en el futbol, un tema del que nunca se habla en voz alta en el balompié mexicano, pero que es una realidad en el nuestro y en muchos otros países.