Más tiempo para Lozoya

Emilio Lozoya, exdirector de Pemex, pidió por séptima ocasión ampliar el plazo para el cierre de las investigaciones complementarias en los procesos en su contra por los casos de Odebrecht y Agronitrogenados.

Desde junio del 2020, Lozoya viene prometiéndoles a las autoridades mexicanas información para poder armar un maxiproceso que ejemplifique la corrupción del sexenio de Peña Nieto. Pero no ha podido presentar tal información, porque el más corrupto de todos parece ser, hasta ahora, el mismo Emilio Lozoya.

Lozoya ha sido capaz de involucrar en este proceso hasta a su propia madre y hermana, y ha involucrado a más de 70 personas.

Lo han dicho ya los directivos de Oderbrecht, que efectivamente le dieron a Lozoya 10 millones de dólares y éstos se encontraron en sus cuentas.

Hasta ahora, lo que se tiene comprobado en las investigaciones es que ese dinero no se fue a sobornos, ni para la elección de Peña Nieto, ni para la aprobación de la Reforma Energética, lo que se sabe es que ese dinero se encontró en las cuentas del propio Lozoya.

Pero, para tratar de culpar a otros y no enfrentar su responsabilidad, su defensa ha hecho nuevamente una petición de alargar el proceso que fue presentada ante el juez este 6 de diciembre por 60 días, y será este miércoles 8 de diciembre a las 10 horas cuando se dará a conocer si de nuevo el exfuncionario tendrá más tiempo para continuar en libertad.

Lozoya ha estado ya enfrente de un juez, en noviembre pasado, cuando se presentó en el penal y en medio de los empujones, sus abogados le abrieron paso para llegar hasta donde se realizaría la audiencia. En esa última diligencia, la Fiscalía General de la República se opuso a que Emilio Lozoya se le concediera más plazos, sin embargo, el juez le otorgó un periodo de 14 días más para que reuniera documentales sólo por el caso de la planta de Agronitrogenados.

En esa ocasión, el abogado Alejandro Rojas Díaz Pruneda manifestó ante el juez de control que la FGR no había entregado toda la información del caso y que les faltaban tres tomos.

Este 3 de diciembre venció el plazo para ese asunto y el de Odebrecht.

De concederle esos 60 días, Lozoya después deberá presentar, ahora sí, las pruebas que dijo tener en contra de varios presuntos involucrados.

El pato Pekín

La pregunta del millón: si tiene las pruebas, ¿por qué no las ha presentado en tanto tiempo?  

Para poderse acoger al criterio de oportunidad, es un requisito cumplir con lo pactado y eso fue entregar la documentación para poder empezar los otros procesos en contra de sus acusados, por cierto, más de 70 personas involucró Lozoya, incluyendo a la periodista Lourdes Mendoza, quien lo tiene demandado por difamación y fue la que lo captó comiendo pato Pekín en un restaurante de las Lomas de Chapultepec.

Hoy el exdirector de Pemex está procesado en el caso Odebrecht por los delitos de asociación delictuosa, lavado de dinero y cohecho por un monto de siete millones 385 mil dólares.

Mientras que en el caso Agronitrogenados, Lozoya está procesado por un supuesto lavado de 3.4 millones de dólares.

El caso permanece envuelto en un ambiente de desconcierto y engaños, desde su llegada al aeropuerto a la Ciudad de México, cuando se montó un operativo para supuestamente llevarlo al penal, y acabó en una suite del Hospital Ángeles, porque según las autoridades mexicanas, el señor se sentía mal y tenía anemia.

Antes de su arribo a la capital de nuestro país, las autoridades de España lo examinaron médicamente y en el expediente para su extradición certificaron que estaba en perfecto estado de salud.

Al parecer, su estadía en el Hospital Ángeles fue para ganar tiempo, que Lozoya terminara de armar su declaración, que pudiera presentar las supuestas denuncias que tiene en contra de varios exlegisladores y exfuncionarios, asegurando que tenía pruebas de sus dichos.

La Giscalía General de la República se mantenía firme en mantener a Lozoya fuera de prisión por ser un testigo colaborador, pese a que las pruebas obtenidas hasta el momento son en contra del mismo Lozoya. Finalmente tuvo que ingresar al reclusorio, ya no había justificación para que estuviera libre.

Quizá la declaración más relevante en su contra es la Luis Alberto de Meneses Weyll, exalto funcionario de Odebrecht, quien en 2017 confesó ante la justicia brasileña haber entregado 10.5 millones de dólares a Lozoya entre 2012 y 2014. En esa ocasión detalló que el dinero se lo dio de forma directa al exfuncionario. Se trata de los mismos recursos encontrados en las cuentas de él y su familia.

Lozoya, cuando ofreció colaborar con las autoridades, dijo que funcionarios de su mismo nivel en el gobierno de Peña Nieto habían participado en la trama de sobornos, con la finalidad de aprobar las reformas más relevantes para esa administración, principalmente la Reforma Energética de 2014.

Sin embargo, De Meneses Weyll ha desmentido de nuevo a Lozoya al declarar ante medios mexicanos que nunca se pactó que el dinero fuera a dar a manos de terceros o para impulsar proyectos de la administración de Peña Nieto o para obtener contratos para una planta de etanol en el gobierno de Felipe Calderón.

Hasta el momento, Emilio Lozoya sólo ha dado a conocer un video y ha señalado a testigos, gente cercana a él, con quien trabajó en Pemex, además de su chofer. Esos testigos presentados por Lozoya se han retractado.

¿Esto significa que Lozoya se ha quedado sin testigos, sin pruebas?

Si se le conceden estos nuevos 60 días, ¿qué otras pruebas podrán aportar si no ha podido entregar gran cosa en año y medio?

Esperemos a ver qué dice la justicia.