Bibiana Belsasso

Mujeres, la perdición de narcos

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Bibiana Belsasso
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Segunda parte: Pablo Escobar, Amado Carillo Fuentes (El Señor de los Cielos) y el general Jesús Gutiérrez Rebollo.

Pablo Escobar fue uno de los narcotraficantes más violentos y sanguinarios. El más importante traficante de cocaína en la década de los ochentas, fundador del Cártel de Medellín. Muere el 2 de diciembre de 1993 en un operativo para capturarlo.

Pablo Escobar fue uno de los narcotraficantes más violentos y sanguinarios. El más importante traficante de cocaína en la década de los ochenta, fundador del Cártel de Medellín. Muere el 2 de diciembre de 1993 en un operativo para capturarlo.

Desde que Escobar manda matar al ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla y al periodista Guillermo Cano, se dan los ataques terroristas, como la explosión de coches bomba y la del avión, nada volvió a ser tranquilo para Colombia, ni para la familia de Escobar.

Sus enemigos, El Cártel de Cali, prepararon un atentado al Edificio Mónaco, donde vivían la esposa e hijos del narcotraficante, con el fin de acabar con su familia. Una bomba explotó dentro del inmueble con los tres adentro. Era enero de 1988 y eso desató la guerra entre los dos cárteles.

Eran ya años de mucha violencia en Colombia, y la familia del narcotraficante nunca volvió a estar tranquila.

Cuenta su hijo, Juan Pablo Escobar, que Pablo fue “el mejor y el peor bandido”. Para los traficantes de esa época, la familia era sagrada. Había reglas de seguridad que no se podían romper, porque según les había dicho el propio Pablo Escobar, hacer llamadas telefónicas era la manera de capturarlo.

Cuenta Juan Pablo que el narcotraficante sabía que, si llamaba a su esposa e hijos, era la forma de detenerlo y asegura que su padre ya quería liberar de esa violencia a su familia.

De no hacerlo, tarde o temprano los hubieran matado. Así me lo contó el hijo del narcotraficante:

—¿Cómo te enteras de la muerte de tu padre? Tienen hasta una llamada telefónica previa.

—Sí, estaba hablando con él muchas veces antes de que lo encontraran, lo quise proteger. Tiré el teléfono varias veces para que no lo rastrearan.

—¿Qué edad tenías?

—Tenía 16 años. Sabía que estaba rompiendo con su regla de oro de nunca utilizar el teléfono, me parecía muy extraño que pudiendo enviar a cualquier persona a que hiciera esos llamados para verificar el estado de la familia, los hubiera hecho de manera personal. Era evidente que quería ser detectado.

—Quería despedirse también.

—Se estaba despidiendo, sin duda. La excusa era una entrevista que estábamos haciendo para una revista nacional.

—Has dicho muchas veces que tienes la seguridad de que no lo mataron, sino que acabó pegándose un tiro.

—Es cierto eso. No es una conjetura mía. Es una información que dan los médicos forenses que realizaron la autopsia, sólo que fueron amenazados por la policía para que cambiaran el resultado final del informe. No le doy gran importancia al tema del suicidio, sí ocurrió, entiendo que para las autoridades era como otra derrota más que Pablo Escobar les aplicaba a ellos, pero, para mí está muerto, creo que el objetivo que ellos tenían se cumplió, no importa quién haya disparado. A mi padre nunca lo encontraban porque jamás utilizaba el teléfono, el día que lo utilizó lo encontraron. Con plena conciencia de sus facultades mentales llamó para que lo detectaran y así nos liberaran, entregando su vida. Ése fue uno de los más grandes actos de amor de él por su familia.

Amado Carillo Fuentes, El Señor de los Cielos, y el general Jesús Gutiérrez Rebollo. Amado Carillo Fuentes fue socio del capo Pablo Escobar. Carrillo usaba su flota de aeronaves Boeing 727 para transportar droga de Colombia a México y Estados Unidos.

La caída de 2 capos históricos

Izq.: el mexicano Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos, y el colombiano Pablo Escobar, fundador del Cártel de Medellín.
Izq.: el mexicano Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos, y el colombiano Pablo Escobar, fundador del Cártel de Medellín.Foto: Especial

Desde 1996, Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos, era perseguido por autoridades civiles y grupos de élite del Ejército mexicano, pero esa estrategia se vio vulnerada seriamente cuando se descubrió que el entonces general Jesús Gutiérrez Rebollo, designado zar antidrogas, aprobado y homenajeado por Washington, en realidad trabajaba para Amado Carrillo.

Con la detención de Gutiérrez Rebollo, Carrillo, que ya disfrutaba de la fama pública y que vivía con frecuencia en La Habana, decidió partir hacia Sudamérica. Estuvo en Brasil, en Santiago de Chile y se asentó en Buenos Aires, donde hizo fuertes inversiones, se relacionó con el mundo político y del espectáculo, e incluso financió alguna campaña política.

Pero en el cártel había ya profundas diferencias con Carrillo Fuentes. Sus actividades eran demasiado públicas y la caída de Gutiérrez, porque se empezó a seguir a una de las novias de Amado Carrillo, llamada Erin, quien era la que habitaba el mismo edificio que el general y servía como contacto entre ambos. En la casa del general cuyos gastos pagaba Carillo Fuentes a través de Erin, se encontró una fotografía de ella.

Lo anterior convenció a la mayoría de los líderes de que Carrillo Fuentes era ya una carga para la seguridad de la organización.

El cártel que encabezaba Carrillo Fuentes no era tal, organizativamente era una suerte de holding, con una estructura horizontal, con varios grupos operando simultáneamente.

El Señor de los Cielos falleció en un hospital de la Ciudad de México el 4 de julio de 1997. Amado Carillo ya se había convertido en un hombre muy visible, algo que no le convenía a sus socios.

Su muerte se da durante una cirugía plástica para cambiarse el rostro y hacerse una liposucción. Durante la operación se le administró más anestesia de la requerida y murió.

A los pocos meses de su fallecimiento, los tres doctores que participaron aparecieron muertos en barriles de cemento.

No ha quedado claro quién ordenó su muerte, pero se asegura que algunos familiares y un grupo de narcotraficantes de Guadalajara estuvieron tras esa operación.

Se dice que sus antiguos socios habrían hablado con su esposa sobre las amantes de Carillo y esto había provocado su enojo para que asesinaran a su esposo.

Otra de las razones por la cuál es identificado por las autoridades el general Rebollo, fue por el asesinato de la reina de belleza Irma Lizette Ibarra Naveja.

Eran principios de 1997 y Amado Carrillo Fuentes ordenó el asesinato de la exreina de belleza, quien había sido coronada Miss Jalisco en 1970, y era reconocida en todo el estado por ser una exitosa abogada.

Sin embargo, su nombre también era conocido por estar involucrada en el mundo del narcotráfico debido a su relación sentimental con Vicente Carrillo Fuentes, hermano de Amado.

La reina de belleza, se dijo, había compartido información del Cártel de Juárez con el general Jesús Gutiérrez Rebollo, sin saber que era uno de los protectores de Carillo Fuentes.

Gutiérrez Rebollo, conocido como El Zar antidrogas, por estar a cargo del Instituto Nacional para el Combate de las Drogas, trabajaba para los hermanos Carrillo Fuentes.

Al recibir la declaración de Lizette Ibarra, el general Gutiérrez Rebollo inmediatamente informó a El Señor de los Cielos sobre la traición de quien fuese la pareja sentimental de su hermano.

Por la cercanía con Erin, novia de Carillo Fuentes y vecina del general, y el asesinato de la reina de belleza, se terminó de armar el expediente contra el general Gutiérrez Rebollo.

En febrero de 1998, fue encarcelado luego de que se comprobara sus vínculos con el Cártel de Juárez.

El general Gutiérrez Rebollo falleció en diciembre del 2013 a causa de cáncer en el cerebro, mientras cumplía su condena de 40 años en una cárcel militar.