Bibiana Belsasso

La prostitución exige derechos

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso
Bibiana Belsasso
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Uno de los oficios más antiguos del mundo, el de la prostitución, hoy podría ganar terreno, y quien lo ejerza debe tener los mismos derechos que cualquier otro trabajador.

Un caso en especial que podría representar un parteaguas, por lo menos en España, es la historia de Evelyn Rochel, que podría cambiar la vida de cientos de sexoservidoras.

Ella nació en julio de 1975 en Barranquilla, Colombia. A los 23 años llegó a España, pero al no encontrar mayores oportunidades tuvo que trabajar de lo que fuera, limpiando casas, descargando camiones de la Cruz Roja, o cualquier otra oportunidad que se le presentara; pero el dinero no alcanzaba.

Llegó un momento en el que entendió que tenía que sacrificarse por su familia y comenzó a prostituirse para ayudar a su madre y sacar adelante a sus hermanos.

Comenzó en uno de los clubs del Grupo Empresarial Florida, en junio de 2002, en el Rivera, en Castelldefels, Barcelona, en donde trabajó hasta enero de 2007, pero luego la empresa la trasladó al club Flower’s, en Madrid.

Según Evelyn, en esos años le hizo ganar a los dueños del Flower’s hasta 1 millón de euros, pero no era la única, por el lugar pasaron unas 2 mil mujeres, así que imagínese las ganancias que representó para el club esta actividad.

Pero como todo en la vida, el paso del tiempo no perdona, y Evelyn envejeció y ya las cuentas no eran las mismas. De ganar 4 mil euros limpios pasó a 2 mil.

Cuando comenzaron a bajar los ingresos se endurecieron las jornadas de trabajo y laboraba hasta 80 horas a la semana, con horarios extremos de 5 de la tarde a 5 de la mañana.

Todo empeoró con una urgencia médica, con la que incluso perdió hasta la posibilidad de tener hijos. Evelyn tuvo que ser operada de urgencia, pero tras regresar a su cuarto sólo le dieron un mes para recuperarse; desde luego que en ese tiempo no lo hizo, pero eso no importó, así tuvo que regresar a trabajar. Dice que sentía que se moría cada que tenía relaciones sexuales.

Finalmente, así como si nada, la echaron tras 15 años de trabajo, luego de un conflicto con un cliente; le dieron 2 horas para desocupar.

En marzo de 2017, se atrincheró tras poner la denuncia que comenzó todo. Consiguió repercusión mediática, pero 3 días después se tuvo que ir escoltada por la policía, pero denunció a la empresa para que se reconociese su relación laboral. Aseguraba que estaba viviendo en un régimen de esclavitud.

Sienta precedente

Evelyn Rochel (centro), en un foro en España, donde se abordó el tema "Trabajo sexual, derechos laborales y sindicación", con la participación de asociaciones sociales y juristas, que discutieron las garantías para este sector de la población.
Evelyn Rochel (centro), en un foro en España, donde se abordó el tema "Trabajo sexual, derechos laborales y sindicación", con la participación de asociaciones sociales y juristas, que discutieron las garantías para este sector de la población.Foto: Especial

Quiso trabajar en otros lados, pero debido a su lucha, le cerraron la puerta en todos los clubes.

El Centro de Inteligencia contra el Crimen Organizado (CITCO) calcula que hay entre 40 mil y 50 mil mujeres en los clubes de alterne.

Evelyn no culpa sólo al Flower’s, sino también al Estado, ya que dice que su contribución se refleja en el PIB español, pero no tiene reconocido ningún derecho.

Evelyn lleva tres años en juicio contra el Flower’s, considerado el gran burdel de Madrid. La lucha por los derechos laborales de Evelyn se ha convertido en la pelea de todas las prostitutas de alterne.

El caso llegó al Supremo, con una sentencia favorable del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), que en 2019 dio la razón parcialmente a Evelyn en una resolución que no establecía un vínculo laboral entre la mujer y el burdel por su actividad sexual, sin regulación en España, pero que sí lo hacía por su labor de alterne al considerar que era “esencial para atraer a los clientes” al local y, por tanto, para el “lucro” final del propietario.

El club Flower´s basa su defensa en una resolución del Supremo en 2016, en la que aseguran que, si una persona recibe dinero a cambio de sexo, no se le puede reconocer una relación laboral. Pero el fallo del TSJM lo que hace es distinguir entre dos acciones al llevarse a cabo en dos lugares: por un lado, establece que el alterne se producía en el Flower’s y, por tanto, ahí sí existía ese vínculo laboral; mientras que la prostitución se ejercía ya después, en el hotel.

Por lo pronto, el Supremo ha apreciado motivos para no admitir a trámite los recursos presentados contra la sentencia que reconoció la existencia de una relación laboral entre Evelyn y el club.

Ahora, se están dirimiendo las alegaciones. La prueba de su vínculo laboral se podría conseguir por la avaricia de los dueños del club, y es que éstos dejaron de pagar la mitad de las consumiciones que conseguían las prostitutas y, con ello, según la sentencia del TSJM, “la empresa se ha lucrado de él…  considerar que se trata de un trabajo sin derecho a contraprestación sería tanto como admitir la esclavitud”.

De rechazar las alegaciones, la victoria de Evelyn sería definitiva.

Evelyn dice que, si su triunfo judicial no llega, seguirá, “si perdemos en el Supremo llegará a Bruselas o a donde haga falta”. Lo que busca no es que cierren los lugares, sino que se tenga derecho a la sanidad, a una baja laboral; a tener tiempo de curarnos.

Dice que no se arrepiente del camino que decidió tomar, ya que con su trabajo pudo sacar a su mamá de la miseria y le compró una casita; además, sacó adelante a sus hermanos, entre los que hay un arquitecto, un abogado y una enfermera.

El caso de Evelyn puede sentar precedentes en España para que la prostitución sea un trabajo con prestaciones de ley.

Mientras tanto, en México, la situación es peor, debido a que se ha vuelto una actividad que en gran parte está relacionada con grupos criminales. Basta recordar el caso del sitio de citas Zona Divas y La Unión Tepito, el cual era operado como una red explotación sexual de mujeres extranjeras, en donde algunas de ellas fueron asesinadas por sicarios del cártel.

Desde luego que no todas están relacionadas con criminales, hay quienes han encontrado en este oficio, una manera de sobrevivir, aunque tiene que sortear todos los días el acoso de criminales.

Es por eso que, en febrero de este año, varios grupos de defensa de los derechos de las sexoservidoras pidieron al Congreso de la CDMX que se incluya un capítulo en la Ley de Trabajadores No Asalariados, donde se establezca que la secretaría de seguridad ciudadana garantizará la vigilancia de sus espacios de trabajo, acceso a servicios de salud y seguro social.

Y es que en la capital del país 6 de cada 10 sexoservidoras son violentadas por autoridades y clientes, de acuerdo con los resultados del “Diagnóstico sobre el trabajo sexual en la CDMX” presentados por ONG y el Copred.

Sólo 22 por ciento de las trabajadoras atacadas realiza una denuncia ante las autoridades.

El 16 de mayo de 2019, el Congreso capitalino aprobó una Ley de Cultura Cívica que sancionaba administrativamente la “prostitución”, pero ante las críticas de varios sectores, el Gobierno local decidió dar marcha atrás a la legislación.

Y aunque desde junio de 2019 la prostitución es legal en la CDMX, la mayoría de las sexoservidoras viven en condiciones adversas, que van desde la estigmatización social hasta la trata y el feminicidio.

Muy lejos están las sexoservidoras en México de poder contar con servicios de salud, entre otras prestaciones laborales; son estigmatizadas, y detrás de cada una de estas personas, hay historias de vida muy duras.

Es momento de que sean tomadas en cuenta, ojalá que el caso de Evelyn siente un precedente.