Bibiana Belsasso

Trump detona la tradición

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso
Bibiana Belsasso
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Finalmente llegó el día y hoy Joe Biden asumirá la presidencia de Estados Unidos, luego de una transición nada tersa.

Donald Trump, quien deja la silla presidencial, es el primer presidente en la historia de Estados Unidos en ser sometido dos veces a un juicio político, acusado de "incitación a la insurrección" luego de los sucesos del pasado 6 de enero, cuando miles de sus seguidores asaltaron el Capitolio, donde los legisladores debatían la certificación de los resultados electorales en los que se impuso Joe Biden.

Desde el pasado viernes, Donald Trump, advirtió que no asistiría al cambio de poderes, tratando de fortalecer su teoría del fraude.

Un día después, el vicepresidente Mike Pence y su esposa, la segunda dama Karen Pence, anunciaron que sí asistirán a la inauguración presidencial de Joe Biden el 20 de enero.

Es así como Trump será el primer presidente en funciones, desde Andrew Johnson, hace 152 años, en no asistir a la toma de posesión de su sucesor.

En la historia de Estados Unidos ha habido muchas situaciones tensas y presidentes que han querido aferrarse al poder, pero ningún caso como Donald Trump.

Fue en 1869, cuando el demócrata Johnson decidió no asistir a la toma de poder del presidente entrante, el republicano Ulysses S. Grant.

Johnson asumió el poder tras el asesinato de Abraham Lincoln el 14 de abril de 1865, ya que era el vicepresidente; sin embargo, sus visiones racistas lo habían enfrentado más de una vez con Grant, que en aquel momento conducía el ejército.

Johnson fue el primer presidente que debió atravesar un proceso de impeachment en el Congreso.

Grant fue el candidato republicano en 1868 y ganó ampliamente unas elecciones en las que Johnson ni siquiera se presentó por no tener el apoyo de su partido.

Ulysses S. Grant ya había avisado que no compartiría el carruaje con Johnson en el trayecto entre la Casa Blanca y el Capitolio, como se usaba en aquel tiempo.

Otro proceso electoral estadounidense que estuvo lleno de polémica fue el de noviembre de 1876, no sólo por el conteo de votos, sino por sus consecuencias, las cuales se sintieron hasta entrado el siglo XX.

Los candidatos fueron el demócrata Samuel Tilden, gobernador de Nueva York, y el republicano Rutherford Hayes, gobernador de Ohio.

El demócrata Tilden ganó el voto popular y llevaba la delantera en los votos electorales; sin embargo, quien se quedó con la presidencia fue Hayes, cuatro meses después de la votación y tras alcanzar un acuerdo con sus rivales que marcaría el destino del sur del país durante varios años.

Y es que cuando ya casi acababa el conteo de los sufragios, Tilden había ganado el voto popular y parecía haber ganado también los votos del Colegio Electoral.

Capitolio, una marca en su salida

Seguidores del presidente de EU irrumpen y toman del recinto legislativo, el pasado 6 de enero, durante el proceso para certificar el triunfo de Biden.
Seguidores del presidente de EU irrumpen y toman del recinto legislativo, el pasado 6 de enero, durante el proceso para certificar el triunfo de Biden.Foto: AP

Como ambos partidos en Florida, Luisiana y Carolina del Sur habían declarado como ganadores a sus candidatos, había dos ganadores en cada uno de esos estados.

Y esto fue posible debido a que, en esa época, cada partido imprimía sus propias boletas de votación. Debido al analfabetismo extendido en el siglo XIX, las agrupaciones incluían un elemento gráfico que permitiera identificarlas, además del nombre de sus candidatos.

Los demócratas eran representados en la boleta por su mascota, un gallo, mientras que los republicanos usaban la imagen del expresidente Abraham Lincoln.

El problema fue que, en 1876, en Luisiana, Florida y Carolina del Sur los demócratas imprimieron papeletas con el nombre de Tilden junto al rostro de Lincoln.

Ambos partidos declararon a sus candidatos ganadores.

Dos meses después de las elecciones, en enero de 1877, el Congreso decidió crear una Comisión Electoral, formada por cinco representantes, cinco senadores y cinco miembros de la Corte Suprema. Sin embargo, la Comisión terminó dividida en líneas partidistas.

Ambos partidos firmaron el "Compromiso de 1877", mediante el cual los demócratas aceptaron ceder los 20 votos electorales a Hayes; a cambio, los demócratas, que en ese momento se oponían a la abolición de la esclavitud, pidieron que el gobierno federal retirara a sus tropas del sur del país.

Especialistas aseguran que la salida de las tropas "les dio más autonomía a los estados del sur sobre sus gobiernos" y en la práctica, eso significó el fin de la Reconstrucción.

En épocas ya modernas se dio el proceso de Richard Nixon.

Ocurrió el 8 de agosto de 1974, cuando alrededor de las 9 de la noche y desde el Salón Oval de la Casa Blanca, Richard Nixon renunció ante los estadounidenses: "Renunciaré a la presidencia con efecto desde mañana al mediodía. El vicepresidente (Gerald) Ford jurará como presidente a esa hora en este despacho".

Nixon fue el primer presidente de Estados Unidos que renunció. "Uno de los incidentes más tristes de los que he sido testigo", describió Ford al tiempo que firmaba el "perdón completo y absoluto" de Nixon, que seguía acusado de obstrucción de justicia, a un mes de su salida.

La investigación federal también reveló que había audios de reuniones de trabajo del presidente que revelaban su conocimiento de los hechos, pero faltaban 18 minutos de una, realizada seis días después del robo al Watergate.

El escándalo duró dos años, mientras Nixon se resistía por todos los medios a entregar las cintas de los audios. El fiscal especial Cox se negó a dar marcha atrás con su orden de presentar las cintas; entonces Nixon le ordenó al fiscal general Elliot Richardson que lo despidiera.

Pero Richardson prefirió renunciar antes que hacerlo; lo mismo hizo su segundo, William Ruckelshaus, tras recibir la misma orden del mandatario.

En esos dos años, además, The Washington Post realizaba la investigación más famosa de su historia.

Lo cierto es que cuando la Corte Suprema ordenó la entrega de los audios, Nixon supo que su lucha por permanecer en el poder había terminado.

También podemos remontarnos a las elecciones del año 2000 cuando se enfrentaron George W. Bush contra Al Gore, cuya elección se acabó resolviendo en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, semanas después de los comicios.

Ha habido momentos muy tensos en las distintas transiciones de gobierno en Estados Unidos, pero la manera en que un presidente en funciones, como lo hizo Trump, y está en las imágenes, incita a sus seguidores a provocar la violencia que se dio con la toma del capitolio la semana pasada, no tiene precedentes. Trump, pasará a la historia, y no como él quisiera.