Carlos Olivares Baró

Amar las Resonancias de Clara Janés

LAS CLAVES

Carlos Olivares Baró*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Carlos Olivares Baró
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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El verano es una estación de fragores: ecos impregnados en la brisa ardiente de su presencia. Estío que nos impulsa al arrojo, a la búsqueda de los acasos malogrados en el sensualismo de la primavera. Recuerdo el agosto en mi Habana entrañable: salíamos a las calles asediados por una voluntad conmista con los azares. El mar nos recibía: el burbujeo de las olas humedecía nuestras sandalias. “Sal ondulada que se torna flor. / Flor desmayada que en la arena es sombra”: así designa al verano, la poeta Clara Janés.

Resonancias. Antología poética, 1964-2022 (Cátedra, 2022): compendio de estrofas de Clara Janés (Barcelona, 1940): de Las estrellas vencidas (1964) a Kráter o La búsqueda del amado en el más allá (2022). Selección de Jenaro Talens tomada de 32 cuadernos publicados por la autora de Fractales en una trayectoria de 58 años sin descanso, sin tregua —No hay tiempo ya—: “Liberado de todo transcurrir / sin pausa se desliza / en oleaje sepia, /pétreo mar, /arrimo al pez intacto, / aguas que a Heráclito se oponen / en ecuación escueta, / que el ser es o no es, / y el breve gesto queda”.

“La poesía, en el fondo, es responder a la pregunta sobre la vida. La mía, en un principio, era la de Sartre: ‘La vida ¿merece la pena de ser vivida?’. Es una pregunta capital y si la respuesta es negativa, la posibilidad del suicidio está siempre ahí. Pero los poetas tenemos nuestras anclas, aunque sean fantasmas que corren por ahí, como es mi caso”, dice Janés. A una balada por el amor la asedia una copla por la muerte. Ella ha declarado que la primera emoción para conformar una poética le brotó después de leer a Santa Teresa de Jesús: “Vivo sin vivir en mi / y tan alta vida espero / que muero porque no muero”.

Música, palabra, irradiación: la extrañeza habita los espacios de la infancia y los trances del inicio se enlazan con las incógnitas de la azarosa vida. Buscar “El sol secreto de la oscuridad”, ha sido el mayor empeño de Janés a través de un habla que “No arroja sombra el silencio / más la sombra de una flor a ras de alba / mide en naranja / el trayecto blanco de la fe / hasta la transparencia de la gracia”. Leo a Clara Janés: la única opción que tengo es amarla, canto con ella —zozobro con ella en ríos de sueños—: los instantes se untan de añiles, la estación asciende remedando a los pájaros del albor.

Lo sensorial imputa una concepción erótica donde la experiencia amatoria dialoga con lo místico en un lienzo espiritual (sagrado) de serena y a la vez delirante embriaguez. “Estuve con un joven / y supe al fin lo que era / el violento arrebato, la agilidad vibrátil, / cavidades melosas en la carnosa pulpa / suavemente entreabierta / hasta el linde dehiscente, /el perfecto engranaje, / la densidad precisa de jugos derramados, / la inclinación debida, / la posición exacta, / y la sabiduría del mutismo, /la belleza de un glande”.

Yo no tengo escritores preferidos: en realidad, tengo una breve lista de escritores que amo: Juarroz, Reinaldo Arenas, San Juan, Dickinson (con ella hago el amor en los inviernos), Cioran, Octavio Paz, Villaurrutia, Pascal Quignard... Amo a Clara Janés en el silencio de los rumores, en el ocaso de mi cuerpo desmayado frente a sus versos.   

Resonancias
Resonancias
Resonancias
  • Autor: Clara Janés
  • Género: Poesía
  • Editorial: Cátedra, 2022