Carlos Olivares Baró

Escuchando a Chocolate Smoke Gang y Ben Allison

LAS CLAVES

Carlos Olivares Baró
Carlos Olivares Baró
Por:

Inicio mi agasajo de fin de semana con la banda mexicana Chocolate Smoke Gang, liderada por el contrabajista Carlos Maldonado (conocido por su trabajo en el grupo Los Dorados), en formato orquestal de dos contrabajos, dos baterías, saxofón tenor, clarinete bajo, piano y viola invitada. Muestrario de music noise/free/funk en conjunciones que hacen referencias a Ornette Coleman, Don Byron, John Zorn y Steve Coleman. Principio mi recital íntimo con la pieza “Cometa, fantasmas...” de incitantes pasajes de improvisaciones free en las que el sax tenor rinde tributo a Wayne Shorter y el clarinete bajo se asoma a las esquinas de Charles Lloyd.

Dos baterías que dialogan en tabaleo funkero desafiante, dos contrabajos que alternan las pulsaciones en una suerte de coloquio que transita entre los portes de Carter/Mingus, clarinete bajo en atisbos melódicos bruscos, pero de grata sensualidad, sax tenor en las dársenas de Coleman y piano en frunzas de Powell, Monk y Evans.

Ensamble representativo de la vanguardia jazzística en México que explora con proporciones diligentes los riesgos de la impremeditación free desde un groove de compensaciones que va de apuntes bebop, funk, hard, tenues líneas de latin y ascensiones de noise/free heredadas del John Zorn de Masada/ Naked City.

Concluyo mi dialogo con Chocolate Smoke Gant a través de los atajos de una balada romántica de pausada atmósfera cool/free, la cual se complementa con “Café obscuro”: axiomática referencia a Steve Coleman en diálogo funkero de las baterías, silbos free del sax tenor y atisbos de latin jazz en el walking de los contrabajos. He regresado al EP Chocolate Smoke Gang (2013).

Rememoro ahora el comentario de mi amigo, el saxofonista Demián Deremeter: “El free hay que saberlo tocar; después de la maestría de Ornette Coleman, muchos han tratado de hacer algo parecido sin conseguirlo, está bien la propuesta de Chocolate Smoke Gant, pero todavía no me convencen”. A mí, sin embargo me simpatizan los arrojos de esta banda que se atreve a desafiar la tradición con sugerentes propuestas instrumentales.

Turno de The Allison Band. Steve Cardenas (guitarra eléctrica y banjo), Rudy Royston (batería), Shane Endsley (trompeta), Jenny Scheinman (violín) y Ben Allison (contrabajo): sonoridad reflectante de un habla jazzística que los terrenos del rock, funk, hard, folk y Word Music. Composiciones de Ben Allison en armonizaciones colectivas que inicia con “Fred” de raigambre folk (guiños country y aires mediterráneo): banjo en pronunciaciones virtuosas, guitarra eléctrica acentuando los puentes, batería en tabaleo funk y bajo de pulso ecuánime.

“Platypus”, “Green Al” en concordias de dos guitarras hilvanando declamaciones rockeras que la batería escolta desde ataduras funkeras. “Broke”, manifiesto blues que la guitarra puntea, banjo matizando resquiebres cool de festiva nostalgia y contrabajo de ensimismado walking. “Kramer vs. Kramer vs. Gozilla” y “Sleeping Giant”: silencios suspendidos en oscilaciones de sensuales proporciones instrumentales. Contrabajo que se apodera de las resonancias del silencio para bosquejar con apostura el motivo melódico.

Prosodia orquestal de swing blando, lenitivo, sin algarabía gratuita (“Peace pipe”). “Me interesa trabajar una acústica de propuesta donde la franqueza sea la línea que sostenga la carga melódica”, ha dicho Allison. En “Vs. Godzilla” y “Green Al” las franjas hard bop se presentan con atinada secuencia elíptica en el circular pulso de la guitarra, tejido blusero del banjo (suscrito en cordiales frunzas), batería precisa y contrabajo de recalcado walking bop. He vuelto a escuchar el fonograma Think Free (Palmetto Records, 2009).

La pandemia sigue en su acecho: qué hubiera sido de mí en estos meses de aguijas fatales, sin mis discos y mis libros.

Think Free
Think Free
Think Free
  • Artista: Ben Allison Band
  • Género: Jazz, country, folk-jazz, funk...
  • Sello: Palmetto Records, 2009

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.