Nueva visita a dos fonogramas entrañables

Jorge Luis Borges: “La música, misteriosa forma del tiempo”. Como siempre, entro a los índices del cordial Roberto Juarroz: “La música no necesita justificación. /Ella no rompe el silencio: / lo abre como a un fruto maduro, / como una mano húmeda / como a un templo fervorosamente ecuánime”. Hesíodo: “La música derrama pequeñas libaciones de olvido sobre el sufrimiento”. San Juan de la Cruz: “La música callada / la soledad sonora / la cena que recrea y enamora”. Pascal Quignard: “La música es un espantajo sonoro. Tal es, para los pájaros, el canto de los pájaros”.

¿Qué es la música antes de ser prosodia delicada o retumbante: antes de ser un inicio de voces que transitan por esquinas inesperadas: antes de penetrar en la apariencia de la luz? Dos fonogramas, que he vuelto a escuchar en estos días de aguaceros imprevistos, en estas jornadas iniciales de un verano que trae en su seno en catauro de incertidumbres. Los reseño para los tres o cuatro lectores fieles de estas Claves sabatinas.

Sospiri (Universal Music, 2010), de Cecilia Bartoli. Cuando Cecilia Bartoli (Roma, 1966) canta, un aura delicada y sensual inunda las estancias, su timbre suave penetra las hendeduras y somos testigos de un suceso único. A la pléyade integrada por Callas, Caballé, Simionato o Renata Scotto se suma esta mezzosoprano de afelpada resonancia y técnica impecable en interpretaciones de Mozart, Rossini y música barroca. Sacrificium (2009), álbum en el que explora el repertorio escrito para voz de castrato. Esplendorosa en fraseos de fuertes conformidades que asombran al melómano por la perfección. Sospiri: antología de arias que van de Handel a Fauré pasando por Mozart, Bellini, Rossini, Vivaldi, Giacomelli, Caldara y Persiani. Naturalidad, conmoción y desenfado en “Voi che sapete” (Le nozze di Figaro), “Laudate Dominum ommnes gentes” (Vesparae solennes) que la confirman conocedora cabal de Mozart. El dúo con el tenor peruano Juan Diego Flores: “Ah! non credea mirarti” (La sonnambula), de Bellini, retumbo desbordado. Suspiro: magia vocal de una de las grandes mezzosopranos contemporáneas.

Chico & Rita (Calle 54 Records, Sony Music, 2011): banda sonora del filme de animación homónimo realizado por Fernando Trueba y Javier Mariscal. Síntesis, crónica del jazz afrocubano, en 30 piezas que ejecutan los mejores exponentes del latin jazz contemporáneo. Bebo Valdés, piano ejecutado en la ciudad de Madrid; Arturo O’Farrill, piano ejecutado en la ciudad de Nueva York; Germán Velazco, sax tenor desde La Habana. Pedro Martínez, Michael P. Mossman, Amadito Valdés, Yaroldy Abreu, Freddy Cole, Horacio El Negro Hernández, Dafnis Prieto, Rolando Luna, Jorge Reyes hermanados en un diálogo que retumba en Miami con paradas en San Francisco y escala en La Habana. Remembranzas de Nat Kind Cole, Miguelito Valdés, Dizzy Gillespie, Tito Puente, Chano Pozo, Charlie Parker, Mario Bauzá, Machito... De “Bésame mucho” a “Sabor a mí”, de “Ecuación” a “Nocturno en batanga”, de “Tin Tin Deo” a “Mambo Herd”, de “Ay qué mala é” a “La Bella Cubana” … Chico & Rita, catálogo musical que comienza con ‘b’ de Bebo y termina con ‘v’ de Valdés. Visitar otra vez estas prosodias: gozosa parada en lo sublime.