Carlos Urdiales

Más símbolos y estereotipos

SOBRE LA MARCHA

Carlos Urdiales
Carlos Urdiales
Por:

La Cuarta Transformación se construye con símbolos, algunos de éstos se elaboran con base base en estereotipos a los que se añade suficiente construcción discursiva cimentada en ambos. 

Simbólico es cerrar Los Pinos, aunque se viva en un Palacio. Seguro la mudanza significó ahorros marginales —pero economías a final de cuentas— para el presupuesto de Presidencia.

Simbólico fue cancelar la construcción de un aeropuerto acusando corruptelas sin que se haya documentado-denunciado-procesado alguna. Un estereotipo es condenar un aeropuerto rico en un país pobre. Trillado, pero funcional si la mayoría no utiliza ese medio de transporte. Ideas de austeridad bañan a la nación. Nada grande, todo mediano.

Símbolo es no tener avión para uso exclusivo del Presidente. Argumento fallido es la no venta, no rifa, no enajenación ni partición del avión que sigue ahí y cuesta aquí.

Símbolo es viajar horas y cientos de kilómetros por tierra para conocer al pueblo y sus veredas, caminos para querer y dejarse querer. Símbolo es ocultar aparatos de seguridad indispensables para la integridad nacional.

España abraza varios estereotipos; conquista, colonia, inquisición, éxodo, niños de Morelia, Lázaro Cárdenas, academia, arte, ciencia, asimilación cultural. Y otros, algunos mayores otros modernos.

Asumir al español como gandalla con el indio originario —La Malinche— tuvo su razón y función para el cine de oro mexicano, para la comedia, para las reducciones sociales; pero no para el entendimiento de un mundo moderno, global, variopinto, complejo, rico, prometedor, deudor etcétera.

El mayor escándalo de corrupción trasnacional, hoy día, proviene de una constructora brasileña, no española. Aquí, vale recordar, no hay sentenciados, como los cuentan en otras latitudes.

Cadenas de autoservicio estadounidenses son señaladas como tiranías corporativas cuando de derechos laborales se trata. ¿Haremos pausa con Brasil o Estados Unidos como con España, sea lo que sea que signifique la idea presidencial de hace unos días?

Oiga, y en Asia gigantes tecnológicos estadounidenses ocupan a menores y explotan a mayores en giga factorías cuyos adminículos consumimos sin tantita pena. ¿Y los salarios de la industria automotriz europea, asiática y estadounidense en México?

¿Cómo se pone en stand by o modo hibernación eterna a mexicanos sin fama, pero con fortuna que explotan la promiscuidad política? Pausa urgente con los colonizadores que a bordo de trocas y jets, armados con oro, dólares e influencia política, policial, judicial y social conquistan regiones sembrando, colgando o sepultando cadáveres para azote de pueblo y gobierno.

Hablemos de narcos norteños, michoacanos, españoles, colombianos, estadounidenses ucranianos, rusos, turcos o de Tepito.

Estereotipos son el español conquistador, el yanqui imperialista, el bolchevique comunista, el chino feroz, el asiático selvático, el centroamericano bananero, el judío mercader o el árabe usurero. ¿Son esos los referentes para normar relaciones entre México y el mundo?

¿Es la pausa imprecisa y generalista el camino a seguir para marcar un ¡ya basta! a todos aquellos que abusan del mexicano bueno y sobajado? No.

Tan sólo un soplo más de franqueza, de autenticidad, de espontáneo timón diplomático. Aspiración de equidad entre pueblos y el aborrecimiento a complejidades geopolíticas. Un símbolo de liderazgo aquí y acullá. Renta y raja política cuando la cosecha se acerca.

Por cierto

Dentro de cuatro días asumiré la dirección de W Radio en Radiópolis, empresa operada por Grupo Prisa. Dejaré de escribir esta columna como lo he hecho durante los últimos ocho años. Tomo tiempo y espacio para agradecer.

Primero a ustedes lectores por su atención e intercambio de tanto en tanto a través del correo electrónico. Luego a este diario, mi casa, La Razón.

A Adrián Castillo, director editorial, por su apertura, dedicación y empuje. A Mario Navarrete por la pulcra conducción y su buen timón. Gracias a cada integrante de La Razón en sus plataformas digitales y en el papel; diseño sin par, timbre de orgullo. Formar equipo con ustedes es un privilegio. Por su tolerancia y empatía les abrazo.

Mención me merecen Don Ramiro Garza Cantú por haber propiciado mi aterrizaje aquí y Ramiro Garza Vargas por haberlo prolongado; aplaudo a empresarios como ellos que apuestan por un modelo de negocio en el cual la libertad de expresión es un activo, no un pasivo.

El próximo martes haré mi última entrega. Hasta siempre.