Daniel Alonso

Edén

ARQUETIPO FUTBOL

Daniel Alonso *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Daniel Alonso 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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No cabe duda de que el paraíso del futbol femenil se encuentra en Monterrey. Fueron nuevamente los equipos representativos de Nuevo León los que disputaron la corona.

Y de la mano de Eva Espejo, primera entrenadora que logra consagrarse como campeona del futbol mexicano, las Rayadas tocaron el cielo en el campo de sus vecinas, de su odiado rival, las Tigres. Las de Monterrey acabaron con la racha de títulos de las felinas, mientras que Eva finalizó el reinado de los hombres desde el banquillo.

Fue una victoria que costó sangre (sino pregúntenle a Diana García) y aguantar la tensión de los penales; pero las Rayadas evitaron el ansiado tricampeonato de forma consecutiva de las felinas. Al mismo tiempo, el club regio se ubicó, con dos estrellas, en el segundo escalón en la lista de equipos con más títulos en la aún joven liga femenil mexicana, siendo las de Tigres el número uno con cuatro campeonatos, mientras que Águilas y Chivas cuentan con un título respectivamente en sus vitrinas.

Fue bastante satisfactorio observar la pasión que desató una edición más del clásico del norte en el futbol femenil, tanto dentro, como fuera de la cancha. De a poco se van contagiando otras sedes y clubes, que comienzan a ver en este campeonato un verdadero potencial en el aspecto deportivo y como una oferta nueva a todas las aficionadas y aficionados al futbol femenil. El impacto que ha tenido esta liga se constata también en las escuelitas de futbol que cada vez reciben más niñas que quieren jugar al futbol.

Ojalá el crecimiento de la liga femenil no se detenga por lento que éste sea. Las palabras de Mikel Arriola son alentadoras en ese sentido, ya que el presidente de la liga recientemente ha declarado que se busca una alianza con el futbol femenil de Estados Unidos para que las jugadoras mexicanas puedan codearse en torneos internacionales con una verdadera potencia mundial en esa disciplina; además de mirar también hacia el área de Centro y Sudamérica.

Yo trataría de ir un poco más a esta idea de Mikel. El modelo del futbol femenil en Estados Unidos es alimentado en su mayoría por las universidades y colegios estadounidenses. Por qué no trata de imitar ese modelo y buscar alianzas con las universidades y preparatorias de México en donde, por cierto, hay muy buen nivel en cuanto a futbol femenil se refiere. Los clubes con menor alcance económico podrían encontrar en los campus los semilleros que necesitan y, al mismo tiempo, las universidades tendrían ese atractivo para las estudiantes que practican futbol. Un proyecto de esta naturaleza beneficia a toda nuestra sociedad.

Aún hay mucho camino por recorrer y una brecha gigantesca cuando se comparan los contratos comerciales y sueldos de las jugadoras con lo percibido en la rama varonil. Habrá que ser muy pacientes y aferrarse al ejemplo que nos han dado los equipos de Monterrey, que esa pasión y compromiso que hay con el futbol femenil se extienda por todo el país.

Felicidades, Rayadas, y una mención especial para Eva, la entrenadora que rompió un paradigma en un territorio dominado por los hombres.