Poco futbol, mucho VAR

A diferencia de otros torneos, los cuartos de final que se definieron el fin de semana presumieron de poco futbol, unas cuantas gotas de dramatismo y las infaltables polémicas por las (no) intervenciones del VAR. Por todo lo anterior, la lógica se impuso y los cuatro mejores clasificados de la tabla general están en semifinales, y como lo mencioné la semana pasada, el América parte como el claro favorito para instalarse en la final.

El poco buen futbol que apreciamos en las cuatro eliminatorias fue el de Pachuca, equipo que propuso en ambos partidos y que sufrió muy poco para doblegar al Atlético San Luis. Ahora se cruzará con el América en semifinales, en lo que amenaza será una serie trepidante entre el mejor equipo del campeonato contra la escuadra en mejor momento. La ida en el Azteca será el jueves por la noche, la vuelta en domingo.

Tal vez la escasez de futbol espectacular fue compensada por garra y corazón por el Puebla y el propio Atlético de San Luis al que podríamos otorgarle el empate simbólico ante los Tuzos, porque tal vez nunca lograron ponerse al frente de la eliminatoria, pero hasta el minuto 90 en la vuelta cuando consiguieron el empate a cuatro global, el equipo potosino cayó con la cara al sol. Si la directiva le da continuidad al proyecto, el Atlético San Luis tiene potencial para ser protagonista el siguiente torneo.

El Puebla también luchó cada minuto y le complicó hasta donde pudo la serie al América. Tanto en la ida como en la vuelta, el arbitraje, impulsado por el VAR, fue el que se robó el show hasta ahora en la Liguilla. Las dos jugadas polémicas en el juego de vuelta y que todo mundo comentó, son el claro ejemplo que la tecnología, que tanto soñamos en el futbol, no está siendo bien aprovechada en este deporte. Ojalá pronto se revise con detenimiento si la dinámica actual con la que se utiliza el VAR es la adecuada, ya que los árbitros están ya en una zona de confort que hasta podría jugarse el partido sin ellos, porque todo lo puede ver el gran ojo del VAR.

En cuanto a las decepciones de los cuartos de final, Cruz Azul se estrelló contra dos postes y ahí quedó La Máquina. Tenía la mesa puesta para eliminar a Tigres, pero la falta de creatividad, contundencia y empuje, carencias que estuvieron presentes en todo el torneo, le permitió a los Tigres continuar con vida; ahora en semifinales los del Piojo se verán cara a cara contra un Atlas que lució soberbio tácticamente ante las inspiradas Chivas que corrieron e intentaron por todos lados, pero nunca descifraron el cerrojo de Diego Cocca.

Parece que hasta ahí llegaron los sueños de Ricardo Cadena con las Chivas, difícilmente la directiva se atreverá a darle una nueva oportunidad. Por otra parte, el noviazgo de Reynoso con Cruz Azul también parece haber llegado a su fin. Ahora únicamente nos queda la historia de amor del Tano Ortiz con sus Águilas que ya amenazan, no se quedarán en semifinales y apuntan con determinación a la catorce.