Daniel Alonso

Poker de grandeza

ARQUETIPO FUTBOL

Daniel Alonso
Daniel Alonso
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El próximo fin de semana dos continentes se unirán gracias a la pelota de futbol. Dos míticos estadios, Wembley y Maracaná, serán las sedes de dos enfrentamientos que prometen ser emotivos y vibrantes. Estas dos catedrales sagradas quieren enriquecer su historia con las finales de la Copa América y de la Eurocopa.

La cartelera comienza el sábado desde Río de Janeiro, en el que fuera el complejo más grande del mundo para jugar al futbol, el Estadio Jornalista Mário Filho, conocido por todos como Maracaná. Argentina y Brasil (el equipo che es local administrativamente) se disputarán la supremacía por el Cono Sur.

Finalmente, el duelo esperado por todos se ha concretado, y en el cara a cara estarán las dos figuras de sus equipos, Neymar por los brasileños y Messi por los argentinos. Sí, es verdad que de este lado del planeta nos pudimos ahorrar el 80% de la competición con la mayoría de los juegos muy ríspidos, trabados, y con la tranquilidad que, de cinco equipos, cuatro se clasificaban.

Podíamos irnos directo a cuartos de final para comenzar a disfrutar lo mejor de las selecciones de Conmebol. Ya en esta ronda, partidos como el Perú contra Paraguay y el Colombia frente a Uruguay nos arrojaron goles y emociones. Las fricciones históricas entre estos 10 equipos de Sudamérica que deben enfrentarse constantemente en eliminatorias mundialistas y este torneo, comenzaron a sacar chispas.

Mención aparte se merece Lionel Andrés Messi Cuccittini. El rosarino no ha disimulado ni un segundo las ganas que tiene de ganar la Copa. Cuesta escribir que podría ser la última oportunidad de Messi para conquistar un título mayor con su selección. Y no es por el sentimentalismo por no lograrlo, sino porque aceptar esta idea significa que estamos observando los últimos destellos de Messi con los colores albicelestes.

En un año y medio vendrá Qatar, y me temo que eso será todo. Impulsado por la misma premisa, Messi se ha dejado hasta los tobillos ensangrentados; cuatro goles y cinco asistencias hasta el momento.

El domingo Europa se viste de gala, y que mejor sede que Londres y la joya arquitectónica, Wembley. Construido sobre el mismo espacio de “La casa del footbal”, el nuevo Wembley albergará la final de una de las mejores eurocopas a nivel de organización, calidad deportiva y con historias que no se olvidarán como la de Eriksen con Dinamarca.

Sobre el césped sagrado de Inglaterra, los locales jugarán su primera final de Eurocopa y buscarán otro título mayor desde aquel viejo 1966. Enfrente estará la impredecible, pero siempre certera Italia. La escuadra azzurri cumplió con la etiqueta de favorito para estar en la final y tuvo que sudar sangre ante España. Una pena que uno de sus mejores elementos, Leonardo Spinazzola, se rompió el Tendón de Aquiles.

Pronóstico reservado; pero tanto Brasil como Italia, lucen favoritos por los éxitos del pasado con la que construyeron su legado. Sólo Harry Kane y un tal Lionel Messi, podrían ser culpables de cambiar la historia.

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.