Daniel Alonso

Prode 2022

ARQUETIPO FUTBOL

Daniel Alonso*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Daniel Alonso
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Previo al Mundial de México 1986, la Federación Mexicana de Futbol decidió dividir la Temporada 1985-1986 en dos torneos cortos, los primeros de esa naturaleza en la historia del futbol mexicano; quien diría que ése sería el antecedente al actual formato de nuestra competencia. Aquel torneo, el principal objetivo era unificar el apoyo a la Selección Mexicana para que su participación en casa fuera histórica.

¿Y cuál fue el resultado de aquel proceso? Se podría decir que al final, México logró una de sus mejores actuaciones en copas del mundo, finalizando entre los mejores ocho del torneo. Desde aquel Mundial, no se ha conseguido superar los octavos, dando pie al complejo mental del “quinto partido”. Dicha frase es un clásico en todos los mundiales, es el listón más alto con el que soñamos desde hace 36 años.

Este fin de semana, la Liga MX comenzó una nueva edición; y con vísperas del mundial en Qatar, los dueños y federativos decidieron compactar lo más posible la competencia mexicana, con la intención de jugar la fase final con seleccionados y darle relativo tiempo a Gerardo Martino, para concentrar a los jugadores que viajarán al Medio Oriente y tratar de desprenderse del complejo del quinto partido.

El torneo que recién comienza tiene pinta que no será del mejor nivel (lo cual no sería novedad). De acuerdo con algunas corrientes de la psicología conductual, la mente debe estar siempre en donde los pies están. Y todo mundo tiene la mente puesta en Qatar; aficionados, prensa deportiva, los futbolistas. Incluso los técnicos ya se candidatean para ser los sucesores de Gerardo Martino.

No sé porque los directivos no optaron por bautizar el actual torneo como Prode 2022 o Apertura Prode 22; capaz y un nombre así servía como talismán para la Selección Mexicana, porque siendo muy críticos, para que el equipo de Gerardo Martino supere lo hecho en las últimas ediciones mundialistas, se necesitará un verdadero milagro; de hecho ya existe una versión de que Martino está preparando de la peor manera los juegos de México que es intencional, para engañar a los rivales, no cabe duda que estamos enloqueciendo.

La Liga MX no organizó el presente torneo pensando en la Selección Mexicana; los directivos y dueños de la pelota en México llevan años sin pensar en el desarrollo del futbol mexicano, se dan por satisfechos con participar en las justas más importantes. Pero ojo, la eliminación del equipo Sub-20 ante Guatemala en el premundial de la categoría y que, de paso, dejó a México sin Juegos Olímpicos en París, es un aviso contundente de que las estructuras deportivas se están oxidando en nuestro futbol.

Me encantaría que el futbol mexicano se consolidará como un buen competidor; que regresara a Conmebol a enfrentarse en las finales, que la Liga MX exportara a Europa 10 o 15 jugadores por año, que desapareciera el trastorno del “quinto partido”; que los equipos juveniles siempre estuvieran presentes en los mundiales y en olímpicos. No vamos a vender mentiras de ser potencia mundial, pero talento y recursos existen en nuestro futbol, ejemplos sobran. Sólo es cuestión de saber reinvertir los rendimientos, se entiende que es un negocio y que los dueños quieren el retorno correspondiente; pero una cosa no está peleada con la otra, porque la ambición puede ser positiva cuando desarrolla paralelamente proyectos que ayudan a abandonar el conformismo.