Daniel Alonso

El renacimiento de Europa

ARQUETIPO FUTBOL

Daniel Alonso
Daniel Alonso
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Todos sabíamos que era una Champions especial. Desde el motivo que hizo que el escenario cambiara radicalmente, hasta el tema de la logística y el formato a un juego. Pues bien, los cuartos de final de esta imborrable edición de la máxima justa europea han sido dignos de una serie documental para cualquier plataforma de video de entretenimiento. La magia de la Champions nuevamente nos superó a todos.

¿Quién apostaba por el Lyon? El que lo hizo seguro ya lleva buena plata acumulada; primero el mazazo a la toda poderosa Juventus de Italia, pero que en Europa padece de una maldición histórica. Para estos últimos torneos se hizo de Cristiano Ronaldo, la pieza que parecía falta para romper el ayuno de Europa de ya 24 años de no ganar ni Champions ni UEFA. ¿Los turineses cambiarían sus 9 títulos de liga por una Orejona?

Pero el Lyon no pararía ahí. Llegó una nueva hazaña y eliminó con categoría y bastante crueldad al “otro” favorito, al Manchester City de Pep Guardiola. Derrumbó la filosofía el de Pep y la desventaja deportiva que se suponía iba a significar la suspensión de la liga francesa. En ese mismo argumento pudo caer el París de Neymar y compañía, pero el orgullo pudo más que cualquier tema físico o de ritmo. Los dos clubes franceses se encuentran en semifinales en gran medida por la preparación táctica de sus respectivos cuerpos técnicos.

Enfrente estarán los rivales de siempre; los equipos que navegan con la bandera alemana. El primero en clasificarse a las semifinales fue un club con certificado de “recién nacido”: el RB Leipzig. Club fundado apenas en 2006 y cuyo hogar es el Red Bull Arena, inmueble testigo de aquel poema de Maxi Rodríguez ante la Selección Mexicana durante el Mundial de Alemania, y que eliminó a un club de 117 años, el histórico Atlético de Madrid.

El duelo entre el Leipzig y el Atleti fue como la “Casa de los espejos”; el Cholo se enfrentó ante un club que manejó el sello del orden defensivo y disciplina táctica. La misión de conseguir en 14 años lo que en 117 no ha podido hacer el club español parece imposible, pero esta palabra ya da miedo pronunciarla cuando la pelota rueda en la Champions.

Porque imposible era imaginar la estocada final al mito más grande del siglo XXI. Algunos sostendrán que fue el futbol más vistoso de la historia de la mano del futbolista más genial de todos los tiempos: el FC Barcelona y Lionel Messi. Otros se quedarán con Roma, Liverpool y ahora Bayern. Un lapidario 8-2 con el que los alemanes cierran el capítulo final de un club que alguna vez ganó seis títulos en una temporada. Las sonrisas y gritos eufóricos de Müller nos evocó al 7-1 de Alemania a Brasil y es que los germanos son especialistas en los guiones más trágicos del futbol y mientras se desarrolla, puede sonar una sinfonía de Wagner o Beethoven.

El próximo domingo en Lisboa no habrá manos al cielo de Messi o los puños de Cristiano Ronaldo; no habrá Madrid, ni Barcelona ni Pep ni Zidane ni Mou ni Liga española ni Calcio ni Premier ninguna de las tres grandes ligas de Europa. La gloria de la Champions será para Francia o Alemania y para los nuevos ríos de sangre joven, tanto en la cancha como en los banquillos.