Daniel Alonso

El último suspiro

ARQUETIPO FUTBOL

Daniel Alonso
Daniel Alonso
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Después de una extenuante batalla de 37 fechas que se prolongaron más de lo programado por la pandemia mundial, el Real Madrid conquistó su liga número 34. Lejos de su público, lejos de su mítico estadio Santiago Bernabéu, lejos de la Diosa Cibeles y del ruido infinito de su hogar, Madrid. El equipo blanco fue perfecto en la reanudación del futbol, ganó 10 de 10 y coronó una muy emocional y agotante temporada.

Pasarán años y la Temporada 2019-2020 será siempre recordada como aquella atípica liga que fue detenida súbitamente por un virus que amenazó a la población mundial. Que durante semanas la incertidumbre era lo único que paseaba por las calles de Madrid, en la capital de la fiesta europea, por muchas noches se sumergió también en un silencio desolador y que el futbol pudo contrarrestar cuando finalmente regresó a pesar de la adversidad.

El resultado era lo menos importante, ya fuera el Real Madrid o el Barcelona, lo importante era que el futbol era una señal de que las cosas mejorarían, y los futbolistas siempre fueron conscientes de ello y se dejaron todo durante 30 días, las diez fechas pendientes. Durante este lapso, el futbol no se detuvo, parecía infinito.

El Madrid logró sostenerse en el carácter de su gran capitán, Sergio Ramos, y en el talento de Karim Benzema, que concretaba goles y asistía a sus compañeros.

El Real Madrid con el paso de los días se fortalecía y el Barcelona se atascaba en un pantano de autodestrucción; probablemente el ritmo eufórico con el que se disputaban los encuentros no permitió en ningún momento al Barça conseguir una depuración mental. El modesto Osasuna le dio la puntilla final al poderoso Barcelona, al tiempo que el Real Madrid se consagraba merecido campeón.

Mención aparte se merece la casi hazaña de Javier Aguirre y la propia historia de amor y drama que vivió desde diciembre el cuadro del Leganés; un solo gol fue la diferencia entre permanecer en el paraíso o condenarse en el descenso. Esta peculiar historia ocupará un lugar especial en la vitrina emocional del propio Aguirre porque luchó contra todo, incluyendo la venta obligada de sus dos estrellas del equipo: Youssef En-Nesyri, fichado por el Sevilla en el mercado de invierno, y Martin Braithwaite, “robado” legalmente por el Barcelona.

La fortaleza de ese equipo vino siempre del discurso motivacional del mexicano. Así llegaron como dijo El Vasco, “llegar vivos a la última jornada”, y lamentablemente otro incidente se les cruzó al tener que enfrentar al Real Madrid.

El descenso siempre será una amargura para los entrenadores y jugadores, que el dolor por ver a sus guerreros caídos será algo inolvidable; pero también inolvidable será que gracias a este humilde equipo, Javier se reencontró con esa pasión que pareció extraviar en alguno de los exóticos lugares que visitó antes de regresar a la tierra que siempre ha amado. El Vasco le dio ilusión al Lega y el Lega le devolvió esa ilusión por el futbol. Un intercambio justo.

Vaya manera de bajar el telón de la inolvidable Temporada 2019-2020 del futbol español.