La traición de Miguel

ARQUETIPO FUTBOL

Daniel Alonso
Daniel AlonsoLa Razón de México
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Esta noche se dará el cierre de la novena jornada de nuestro campeonato y casi es un hecho que los 18 entrenadores se mantendrán en sus puestos al menos hasta que concluya la décima que se disputará este fin de semana. Y para la poca paciencia que existe en nuestra liga, será todo un acontecimiento que hasta el momento aún no se haya estrenado la guillotina.

Se ha cuestionado el presente trabajo de gente como Andrés Lillini con Pumas, Javier Aguirre con Monterrey; al propio Victor Vucetich y Nacho Ambriz, y el más presionado de todos, Paulo Pezzolano, quien tiene al Pachuca como el último lugar de la general pero que ya recibió el voto de confianza. Estoy seguro que todos tienen hasta el próximo lunes por la noche su puesto asegurado.

Tal vez este fenómeno tan extraño de la confianza y paciencia en los entrenadores de la Liga MX, ha despertado ansiedad y desesperación en los estrategas que aguardan en la “banca” para entrar como relevos en cualquier momento. Y uno de ellos, el más polémico entrenador de los últimos tiempos, Miguel Herrera, ha dejado en claro que le urge estar nuevamente en escena, bajo el foco mediático, bajo el amor y odio de los aficionados al futbol.

El impredecible Piojo Herrera ahora le dio palo al mayor de los Dos Santos, al afirmar que fue el propio Giovanni quien le pidió el cambio en los octavos de final ante Holanda porque le “quemaban los pies” por unas ampollas y que le faltó carácter para aguantar hasta el final; y que la carrera de Gio siempre ha sido así, que no sale del “me duele”.

¿Qué gana en este momento Herrera? Más allá de si es verdad o no, quiero darle ese beneficio de la desesperación por volver, porque no se puede entender el porqué estaría incendiando las redes sociales con comentarios que parecen tan irrelevantes en este momento pero que, debo suponer, a los que fueron sus pupilos no les ha hecho gracia.

Si la intención de Miguel es promocionarse y mantenerse activo en medios y redes sociales y de esa forma consigue llamar la atención de algún equipo para regresar a los banquillos, creo que está bastante equivocado; sobre todo porque está demostrando que pasan los años y uno de sus grandes defectos, la “visceralidad” no consigue dominarla y por el contrario, ahora parece que lo rebasa incluso fuera de las canchas de futbol.

Quiero precisar que en ningún momento pretendo defender a Giovanni; en la carrera de Gio, son sus credenciales y su trabajo lo que lo puede o no defender. Su desempeño individual y colectivo en todas las instituciones en las que jugó está a la vista de todos y el veredicto lo dan las estadísticas. Así de simple.

¿Está traicionando Miguel Herrera la confianza del jugador? ¿Se está traicionando así mismo como líder de un equipo de futbol? O tal vez quiere justificar aquel cambio que hizo ante Holanda y que signifi-

có el principio del fin. Sólo el Piojo lo sabrá.