David E. León Romero

Dolor en la Costa Oeste

JUSTA MEDIANÍA

David E. León Romero
David E. León Romero
Por:

El estado de California reportaba al día de ayer al menos 30 incendios forestales relevantes en su territorio. La emergencia se extiende también a Oregón y Washington, donde integrantes de los cuerpos de emergencias se esmeran para evacuar a la población, atender a los afectados y combatir los incendios que avanzan a gran velocidad. Se habla de miles de viviendas quemadas, miles de evacuados y cerca de 30 personas fallecidas a causa del fuego. Estamos frente a la emergencia más importante de las últimas décadas en la región.

Imágenes realmente dolorosas, a las que afortunadamente no estamos acostumbrados en nuestro país, recorren el planeta: cuadras de viviendas enteras reducidas a cenizas, bosques ardiendo mientras se consumen sus árboles y atmósferas rojizas a causa de los incendios. Familias lamentan haber perdido todo su patrimonio a causa del fuego, entre ellos paisanos, que agradecen estar vivos.

La pérdida de activos ambientales, como lo son los bosques, además de la contaminación del aire y los cuerpos de agua, forma parte también de los saldos. Además, los servicios públicos se suspenden, la vida y la salud de los habitantes están en juego y las aseguradoras buscan argumentos para cancelar las pólizas de las viviendas aseguradas en riesgo y buscan también estrategias para cubrir aquellas ya siniestradas.

Muchos hablan del calentamiento global como causa, otros atribuyen las consecuencias del fuego al manejo forestal inadecuado. Lo cierto es que se tuvieron altas temperaturas, condiciones extremas de sequía y descuidos o actividades intencionales que generaron una primera chispa.

En condiciones muy complejas de atención de la emergencia por Covid-19, se presentan emergencias simultáneas, como lo son estos incendios forestales y como podrían serlo muchos otros fenómenos e incidentes. Usualmente las estructuras de respuesta están diseñadas para volcarse y atender una emergencia a la vez. Fue justamente en California donde hace décadas nació el Sistema de Comando de Incidentes como una herramienta para coordinar los recursos de diferentes instituciones para la atención de emergencias. Paradójicamente es ahí donde hoy mayor capacidad de respuesta y coordinación se requiere.

Ante la situación por la que atravesamos en distintos puntos del mundo, resulta fundamental fortalecer las medidas y estrategias de gestión del riesgo privilegiando la prevención, además de fortalecer nuestras estructuras de respuesta a emergencias. En específico, ésta es una coyuntura importante para recordar a la Comisión Nacional Forestal, que está encargada de resguardar el capital forestal de nuestro país, es decir, de nuestros bosques y de la atención de incendios en ellos.

¿Nos queda alguna duda de que debemos replantear nuestras políticas de desarrollo? Resulta urgente migrar a prevenir. No habrá recursos ni humanos ni materiales ni económicos, que nos permitan atender las emergencias futuras y dar respuesta a los desastres. Lo central está en prevenir; estamos a tiempo.