Educación en tiempos de Covid

JUSTA MEDIANÍA

DAVID E. LEÓN ROMERO
DAVID E. LEÓN ROMERO
Por:
  • David E. León Romero

Doloroso que nuestros niños, aunque quieran, no puedan aprender. El Covid-19 ha modificado radicalmente nuestra rutina y ha revelado fortalezas y debilidades en distintos ámbitos. Los niños de nuestro país se vieron obligados a dejar las aulas, a alejarse de amigos y maestros, teniendo que quedarse en casa para cuidar su salud y la de los que los rodean.

Para la gran mayoría, sus libros de texto y el apoyo de sus padres son los elementos que les permiten seguir aprendiendo. Otros tantos, procuran aprender por televisión. Unos pocos que cuentan con Internet y con algún dispositivo electrónico, tienen sesiones remotas y realizan una serie de trabajos, logrando además del aprendizaje central, incrementar sus capacidades en el manejo de la tecnología. Hay otros que, desafortunadamente, por condiciones que deberían de terminar, de pobreza y desigualdad, aunque quieran, no tienen acceso a la educación. En nuestro país existen cerca de 250 mil escuelas de educación básica, de las cuales, aproximadamente el 85 por ciento son públicas y el resto privadas. Es de todos conocido que muchas de ellas adolecen de servicios básicos como: agua, energía eléctrica y servicios sanitarios. Para ello, el Gobierno de México ha implementado el programa la Escuela es Nuestra, que tiene por objeto que los padres de familia reciban un monto anual de recursos para mejorar las instalaciones en las que estudian sus hijos. Aunado a esto, el Gobierno de México se ha propuesto que en el mediano plazo todo el territorio nacional tenga acceso a servicio de Internet, lo que sería de gran utilidad en distintos ámbitos, pero especialmente en éste.

La epidemia por Covid-19 ha acentuado la necesidad de que todos los niños de nuestro país, tengan una tableta o una computadora, además de energía eléctrica y acceso a Internet para sacarles provecho. Junto con ello, sus maestros deberán también fortalecer sus capacidades para formar a los niños mediante la educación a distancia. Además, se requieren contenidos y un sistema con formatos en plataformas específicas para realmente inmiscuir a los niños en el proceso de aprendizaje y desahogar el programa en cuestión. El Covid-19 nos recuerda que estamos obligados a intensificar las medidas que permitan cerrar la brecha de desigualdad que tanto daño hace a las familias mexicanas. Nos recuerda también que, desafortunadamente durante este tipo de contingencias, esa brecha se abre aún más: tiene más posibilidades de aprender, quien más recursos tiene.

Los retos que nos impone el Covid son enormes. Estoy seguro que nuestros niños quieren volver a la escuela y que los maestros lo quieren también. He sido partícipe de procesos de educación a distancia como docente y como alumno y debo reconocer que en ninguno de ambos casos el nivel de aprovechamiento y calidad en la interacción es cercano al que se alcanza con la educación presencial. Por el momento, en medio de esta contingencia, tanto padres de familia como alumnos y maestros, tenemos un reto muy importante por vencer: facilitar el aprendizaje de nuestros niños desde casa. En paralelo, debemos trabajar para crear un sistema nacional de educación a distancia, para que cuando nos veamos de nuevo en una situación similar, permitamos a nuestros niños tener un mejor desempeño.