El umbral del dolor

DESDE LAS CLOACAS

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Todos los días, como país, superamos nuestro umbral del dolor, cada día superamos lo que pasó ayer y seguro que superaremos lo que pasó hoy.

Leí con detenimiento esos encabezados tras el ataque al jefe de la policía capitalina, Omar García Harfuch, que decían que no había antecedentes de un ataque así en la capital del país. El crimen tocando las puertas de nuestras casas. Usamos la frase “no había antecedente…” aquí y allá.

Tampoco había antecedente de la masacre a una familia como la que sufrieron los LeBarón el 4 de noviembre de 2019, cuando con una saña no antes conocida atacaron y mataron a mujeres y menores de edad, entre ellos un bebé.

Y no había antecedente de un hecho como el incendio en la Guardería ABC ocurrido el 5 de junio de 2009 en Hermosillo, Sonora, cuando 49 bebés murieron y más de cien resultaron heridos. Tampoco hubo antecedente de la mezquindad de las autoridades para resolver el hecho.

También la desaparición forzada de 43 jóvenes estudiantes ocurrida en Iguala la noche del 26 y madrugada del 27 de septeimbre de 2014 en Iguala, Guerrero, en donde el actuar de las autoridades tras lo sucedido se ha llenado de hipótesis y ha dejado un halo de misterio que sigue sin ser resuelto.

Como tampoco hubo precedentes de los disturbios de San Salvador Atenco, el 4 de mayo de 2006, cuando el choque violento entre policía federal, estatal, municipal y pobladores dejó personas muertas, cientos de detenidos y mujeres ultrajadas.

O el hecho sin precedentes ocurrido una madrugada de junio de 2014, cuando en la comunidad de San Pedro Limón, del municipio de Tlatlaya, militares ejecutaron a más de una docena de hombres que se encontraban en una bodega y quienes presuntamente eran integrantes del crimen organizado.

No había existido tal antecedente de la violencia que vivimos hoy día en nuestro país y estamos coleccionando hechos que manchan de sangre nuestra memoria, normalizando cada día más una espiral de violencia antes no conocida y en donde —ojalá no— habrá un acontecimiento que supere al anterior y al atentado perpetrado por el crimen organizado el viernes pasado, donde quedó exhibido lo frágil que se encuentran nuestras autoridades.

En el baúl. El gobierno capitalino anunció con bombo y platillo que daría apoyos adicionales para útiles escolares durante estos meses. Se depositaron durante tres meses 500 pesos adicionales a los padres de familia para que pudieran sobrellevar la situación económica por el confinamiento.

La mala noticia es que hace unos días y sin cuidar las formas, el gobierno local les avisó a los padres y tutores que dichos montos no fueron adicionales, sino que representaron un adelanto de los próximos meses por lo que se las tendrán que arreglar para solventar sus gastos al menos hasta enero del siguiente año, justo en los meses que la población resentirá más el impacto económico de la epidemia.