Gabriel Morales Sod

Lame duck

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod
Gabriel Morales Sod
Por:

El término “lame duck”, en inglés, se usa para describir a líderes que están en sus últimos meses al frente del gobierno y que fungen solamente como mandatarios transitorios, pues el poder y la legitimidad que pudieran haber tenido se va diluyendo una vez que queda claro que se apartarán del cargo. Después de que Angela Merkel, la canciller alemana, anunciara su inminente retiro de la política luego de 16 años en el poder, se habló de una crisis de liderazgo en Europa. Merkel, quien lideró al continente en las crisis del euro y de los refugiados, se había convertido en una lame duck, provocando un vacío de poder en la Unión.

Entonces vino la pandemia del coronavirus. Desesperados por liderazgo, en la que quizá sea la crisis más profunda desde 1929, los países europeos voltearon a ver a Merkel, no sólo por ser la líder del país más poderoso de Europa, sino por sus capacidades en el manejo de crisis. Durante los primeros meses, Merkel se dedicó a combatir, con gran éxito hasta el momento, los problemas de salud en Alemania y, una vez aplanada la curva, junto con el presidente francés Emmanuel Macron, se lanzó al que probablemente sea el esfuerzo político europeo más grande de su carrera: enfrentar la crisis económica.

Esta semana, en un momento sin precedentes, los dos mandatarios anunciaron la creación de un plan económico de magnitud nunca antes vista; plan que en buena medida representa un giro de 180 grados a la política económica que ella impuso a Europa durante la crisis del euro. Mientras en la anterior crisis, el plan europeo para salvar a los países del sur, y en particular a Grecia, fue una serie de préstamos con condiciones (principalmente, una reducción del gasto público que terminó profundizando la crisis en muchos de estos países), el nuevo paquete de alrededor de 700 billones de dólares, incluye, por lo menos, 300 billones no en préstamos, sino en bonos; y el resto en préstamos que no vendrán atados a políticas de austeridad. Para financiar este paquete, los países más ricos de Europa, que tienen un buen récord crediticio, se endeudarán para salvar a los países del sur (Italia, España, Grecia) ¿Qué factores conllevaron a este cambio radical en la visión económica de la canciller?

En 2007 nadie previó el ascenso de líderes autoritarios en Europa y para Merkel, quien creció en la Alemania socialista, siempre ha sido prioritaria la promoción de la democracia liberal. Después de ver los resultados de la crisis anterior, incluida la salida de la Gran Bretaña de la Unión, la canciller aprendió que una crisis económica profunda pone en riesgo el futuro de las democracias europeas y de la Unión en su totalidad. Además, después de que Alemania admitiera a un millón de refugiados, la ya de por sí poca confianza que los ciudadanos tenían en la Unión comenzó a desmoronarse. Una crisis más podría bien significar la salida de decenas de países, incluyendo a miembros del Euro.

Sin embargo, paradójicamente, tal vez sea precisamente su condición de lame duck la que le permitió a Merkel dar un giro tan significativo; no solamente la opinión pública alemana en términos económicos se ha movido hacia la izquierda, sino que ella misma, sin preocuparse ya por su supervivencia política, pudo tomar el paso para liderar a Europa hacia la recuperación. Mientras que durante sus 16 años en el poder dirigió los esfuerzos europeos detrás de bambalinas, la canciller decidió ahora ser la cara del nuevo esfuerzo del continente. Merkel sabe que su nombre en la historia depende de los resultados de su último momento de liderazgo.