Gabriel Morales Sod

Muere enemigo de la democracia

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod
Gabriel Morales Sod
Por:

No muchos fuera de Estados Unidos e Israel conocen su nombre, pero Sheldon Adelson, magnate estadounidense quien muriera esta semana a los 87 años, fue uno de los principales arquitectos del declive de la democracia en Occidente.

Adelson, quien amasara una inmensa fortuna en sus casinos en Las Vegas y China, se convirtió a principios de la década del 2000 en uno de los diez hombres más ricos del mundo, y pronto en uno de los contribuyentes principales de la derecha estadounidense; del primer ministro de Israel Benjamín Netanyahu; y, en 2016, en el principal donador de la campaña de Trump —a quien le regalara la modesta cantidad de 25 millones de dólares.

Después de su humillante derrota en 1999, Benjamín Netanyahu pasó algunos años en el exilio, buscando aliados multimillonarios para financiar su regreso a la política. Adelson quien, como Netanyahu, compartía la visión mesiánica de la tierra de Israel (que incluye en el Estado de Israel los territorios palestinos) se mostró entusiasmado en apoyar al exprimer ministro. Sin embargo, a diferencia de Estados Unidos, en Israel los donativos a campañas políticas están fuertemente limitados. La solución que le ofreció Netanyahu convirtió a Adelson, judío americano, en una de las principales figuras de la política israelí. Cumpliendo los deseos de Bibi, Adelson abrió un nuevo periódico masivo y gratis completamente fiel al líder israelí, rompiendo así con el monopolio de los medios de comunicación en Israel (muchos de ellos opuestos a Netanyahu), y llevando al país decisivamente hacia la derecha. Desesperados por la competencia y por adquirir el favor de Netanyahu, quien regresó al poder en 2009, los medios decidieron copiar el modelo de Adelson, convirtiéndose varios de ellos en voceros del primer ministro.

La historia en Estados Unidos es similar. Desde que la Suprema Corte permitiera a empresas convertirse en contribuyentes de campañas políticas en 2010, Adelson se convirtió en uno de los aliados más importantes del Partido Republicano. No obstante, Trump, quien a diferencia de otros candidatos republicanos, prometió acabar con el acuerdo con Irán y pasar la embajada estadounidense a Jerusalén (objetivos de Adelson y Netanyahu), se convirtió pronto en el favorito del magnate. Pocos creían que Trump podría ganar la elección, excepto Adelson, quien a cambio de convertirse en el principal donador de Trump recibiría justo lo que quería. El primer invitado a la inauguración de la Embajada de Estados Unidos en Jerusalén fue, por supuesto, Adelson.

Sin embargo, en los últimos años, Adelson, enfermo y cansado, comenzó a conocer de cerca a Netanyahu y su esposa Sara. Según testimonios del propio Adelson en la investigación por corrupción contra Netanyahu, Sara Netanyahu marcaba obsesivamente a Miriam Adelson (su esposa) para exigirle mejores titulares. La relación se tornó espinosa y en una ocasión la esposa del primer ministro le gritó a Adelson que “por su culpa Irán terminaría destruyendo a Israel” e insinuó que Miriam se estaba acostando con el editor del periódico; sin embargo, en contra de los deseos de su marido, la esposa de Adelson siguió financiando el periódico, negocio que en una década de existencia le ha costado a la familia miles de dólares. La muerte de Adelson no cambiará mucho; simplemente Miriam, quien por años ha sido la figura detrás de las acciones políticas de su marido, se convirtió esta semana en una mujer mucho más poderosa.