Gabriel Morales Sod

La respuesta de Occidente a Putin

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Gabriel Morales Sod
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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La victoria de Macron representa no sólo un alivio para Francia y Europa, sino el fortalecimiento de Occidente de cara a la invasión rusa en Ucrania. Esta semana, ministros de Defensa de Europa, Estados Unidos, miembros de la OTAN y otros países aliados se reunieron en Alemania para coordinar el frente militar conjunto frente a Rusia.

Estados Unidos ha tomado el liderazgo de la coalición desde el inicio de la guerra, reanudando una estrecha alianza con la Unión Europea después del hiato de la presidencia de Trump. Sin embargo, la contundente victoria de Viktor Orbán en Hungría y la posible victoria de Le Pen auguraban la ruptura del bloque europeo frente a Rusia. La elección de Macron, sin embargo, no ha sido el único signo del fortalecimiento de la Unión Europea y del bloque occidental en el contexto de la nueva geopolítica en Europa; esta semana en Eslovenia, el populista conservador Janez Janš perdió la elección ante el liberal Robert Golob. Polonia, cuyo giro autoritario hizo sonar las alarmas en Europa en los últimos años, ha fortalecido las relaciones con el resto de Europa, bajo la amenaza de una invasión rusa. En Italia, después del caos de los últimos años, el parlamento llamó a Mario Draghi, un prestigioso economista y expresidente del Banco Central Europeo, a formar, con éxito, un gobierno de unidad nacional entre derechas e izquierdas; y Draghi, con altos niveles de popularidad, se ha convertido en uno de los líderes de la Unión Europea desde la salida de Merkel del poder.

El nuevo líder alemán, Scholz, no tiene la estatura internacional de su predecesora, y parece improbable que la tenga en el futuro; sin embargo, a diferencia de Merkel, parece estar mucho más abierto a hacer reformas agresivas a la Unión. Finlandia y Suecia parecen, además, estar en camino a unirse a la OTAN, después de años de mantener neutralidad. Sin embargo, el futuro de la guerra en Ucrania es incierto. Después de que el plan inicial de tomar Kiev y destituir al gobierno de Zelenski resultara en un rotundo fracaso y en dolorosas pérdidas para el ejército ruso, Putin intenta fracturar a Ucrania en dos, ocupando el Este y el sur del país. No obstante, desde que los rusos iniciaran la “segunda fase de la guerra”, el ejército ruso ha avanzado lentamente. Es posible que el impasse entre las dos partes continúe por semanas, e incluso meses. Para que Putin pueda declararse victorioso, buscará el control del Este y el sur ucraniano. Sin embargo, con el ejército ucraniano cada vez más armado, parece improbable que lo pueda conseguir. También poco probable parece que los ucranianos logren regresar a las tropas rusas al otro lado de la frontera.

Putin no aceptará una derrota y los ucranianos no aceptarán perder territorio. Y así, una guerra prolongada de este tipo puede dañar la nueva unidad europea. Ahora que los rusos han cortado la transferencia de gas natural a Bulgaria y Polonia, cabe pensar: ¿qué sucederá si las poblaciones europeas comienzan a sentir las consecuencias de una guerra que al día de hoy parece no tener un fin cercano?