El canto de Lozoya

Desde Europa

Hector Badillo
Hector Badillo
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El exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin, llegó a México tras ser extraditado por autoridades españolas y se espera que su declaración sea la clave para destapar una trama de corrupción gubernamental que involucre a funcionarios del más alto nivel de la política mexicana.

Simplemente para tener una idea de la “bomba” que traería Lozoya bajo el brazo habría que considerar una filtración de su primer declaración firmada en España sobre el caso Obedrecht, en donde hace referencia a algunos involucrados, que van desde los expresidentes Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón, al exsecretario de Hacienda Luis Videgaray, algunos gobernadores panistas y priistas en el sexenio pasado, el excandidato a la presidencia de la república, Ricardo Anaya, y varios diputados de partidos y colores distintos. Esperamos con interés que esto se cumpla.

Toda la trama de ilegalidades se centra en la aprobación de la Reforma Energética de 2013 y cómo integrantes del Consejo de Administración de Pemex autorizaron contratos con la empresa brasileña Obedrecht a cambio de sobornos millonarios, por lo que es importante poder mostrar la corrupción que hubo detrás de esas negociaciones que alcanzan a dos exmandatarios, a secretarios de Estado (de Hacienda, de Energía y de Economía), a legisladores de varios partidos políticos y a directivos de la principal empresa del Estado, Pemex.

En este caso de corrupción Emilio Lozoya aparece como el orquestador de esta historia de compra-venta de empresas del Estado y para ello se anticipó con supuestas grabaciones de todos aquellos políticos, funcionarios y empresarios que recibieron millonarios sobornos a cambio de aprobar leyes y autorizar contratos en favor de empresarios extranjeros.

Se asegura qué hay por lo menos 12 videos que revelan la implicación de altos mandos del gobierno mexicano recibiendo dinero para aprobar la Reforma Energética, que sirvió para permitir arbitrariedades con recursos energéticos y negocios sucios con la iniciativa privada.

Lozoya aceptó ser extraditado en calidad de testigo colaborador de acuerdo al criterio de oportunidad establecido en el articulo 257 del Código Nacional de Procedimientos Penales.

El exdirector de Pemex y amigo cercano a Peña Nieto está dispuesto a declararse culpable y ser el delator de toda la red de corrupción a cambio de recibir beneficios legales que le permitan quedar en libertad o, por lo menos, cumplir una corta sentencia en prisión.

Por ahora el exfuncionario petrolero permanece hospitalizado por un cuadro de anemia y problemas en el esófago causados por su detención y encierro en territorio español; además de la presión que tiene su familia, concretamente el arraigo de su madre y la acusación en contra de su esposa y hermana. Seguramente habrá sorpresas en las declaraciones de Lozoya, pero lo que si es seguro que este gobierno de López Obrador va en serio en contra de la corrupción y quien aún no lo crea revise los últimos encarcelados: Rosario Robles, Juan Collado, Cesar Duarte, Genaro García Luna y los que faltan.