Horacio Vives Segl

Plural

ENTRE COLEGAS

Horacio Vives Segl *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Horacio Vives Segl 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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La formación de un nuevo grupo parlamentario en el Senado de la República, autodenominado Plural, presenta interesantes incógnitas sobre futuros equilibrios políticos.

Del bloque oficialista, dos senadoras del PT, Nancy de la Sierra y Alejandra León, y uno de Morena, Germán Martínez, así como el independiente Emilio Álvarez Icaza y el panista Gustavo Madero —estos dos últimos postulados por la coalición Frente por México, conformada en 2018 por el PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano— constituyeron este bloque de 5 senadores, nada despreciable en una cámara de 128 integrantes (en la que, por ejemplo, MC tiene 8, el PVEM 6 y el PRD 3).

Argumentan que, dada la estridencia y polarización existentes —lo que, cabría preguntarse, ¿acaso es una excepcionalidad en los parlamentos democráticos del mundo?—, pretenden ser un factor de “reconciliación nacional”, en tanto que la gran mayoría de la ciudadanía no se siente adecuadamente representada por las opciones partidarias.

Veamos. En un modelo agente-mandante (legislador-elector) se entiende que hay que darle ciertos grados de libertad al representante; pero no es del todo claro si el electorado de 2018 votó por las personas en lo individual o por las plataformas de los partidos y coaliciones que les postularon.

Hay que recordar que en la mayoría de los sistemas políticos democráticos modernos resulta muy apreciada la disciplina legislativa: el electorado suele votar por partidos cuyas posiciones, ante determinados temas, se asumen como predecibles. En el caso de Plural, esos atajos informativos que suelen ser las plataformas y posicionamientos de los partidos, hacen más impredecible la conducta de los legisladores. Más allá de las declaraciones e intenciones iniciales, no queda claro cuál es el pegamento que les une. De lo que no hay duda es que ninguno de ellos obtuvo un mandato para integrar un bloque variopinto, como el que decidieron formar. En ese sentido, la rendición de cuentas por la conducta de los senadores de Plural se hace más difusa.

Desde que se eligió la actual integración del Senado, en 2018, el papel que tiene en los equilibrios políticos es fundamental. Considerando todos los factores que intervienen en la aprobación de una reforma constitucional, el Senado era y sigue siendo un importante dique de contención para evitar que la mayoría morenista y sus aliados legislativos puedan aprobar reformas sin el consenso de, al menos, una fuerza política opositora relevante. Por ello, resulta particularmente interesante el papel que Plural podría jugar, como pivote para aprobar o contener las ocurrentes reformas propuestas por el Ejecutivo.

Finalmente, está el tema de la eventual reelección. De todos los cargos de elección popular que pueden ser sujetos de reelegirse, las senadurías serán en 2024 sujetas a posible reelección por primera vez, para un único periodo adicional de seis años. En el caso de cuatro de estos cinco senadores, tal vez el vínculo con los electores de sus estados sea relativamente sólido, ya llegaron al Senado como parte de la fórmula de mayoría relativa ganadora, o por ser primera minoría. No queda claro en el caso del que entró por la lista de representación proporcional.

Ya se verá si este inédito bloque tendrá algún papel legislativo importante o quedará relegado a la irrelevancia.