Javier Solórzano Zinser

Una buena noticia

QUEBRADERO

Javier Solórzano Zinser
Javier Solórzano Zinser
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Por más que sea lento y complicado no hay duda que la aplicación de vacunas es un gran paso. El Gobierno deberá tomar nota y aprender de inmediato de los problemas que se han tenido para depurar el proceso.

La vacuna es una especie de luz, muy tenue todavía, al final del túnel. En los países en que se ha aplicado de manera masiva se han reducido de manera significativa los contagios, las naciones que logren entrar en el círculo virtuoso van a poder resolver en el mediano plazo los problemas medulares de la pandemia.

El coronavirus ha llegado para quedarse. Los hábitos que hemos ido adquiriendo se van a mantener por más que en algunos casos sean enfadosos, o que desde el poder político se les menosprecien o se les hagan a un lado. Nos hemos ido dando cuenta que muchos de los nuevos hábitos nos vienen bien.

Uno de los temas absurdamente más debatidos es el uso del cubrebocas. Es lamentable dudar de su efectividad, lo único que se hace con la negativa a usarse es extender riesgos de contagio y muerte. En los últimos días hemos visto nuevos pasajes del absurdo de negarse a usarlo, se sumó a la lista de manera imprudente un prelado de Tamaulipas anteponiendo sus creencias religiosas, dijo que a ellas se debe.

Una y otra vez hemos insistido en que los personajes que son referentes para la sociedad deben ser los más cuidadosos en la pandemia. El Presidente sigue tomando distancia con el cubrebocas, quisiéramos creer que algún día quizá se dará cuenta de la importancia de usarlo y atenderá lo que opina la gente en diferentes estudios, en los cuales la mayoría de los encuestados lo conmina a que lo use más allá de que haya sido contagiado; no se ve que vaya a cambiar el Presidente sigue y seguirá en el voy derecho y no me quito.

La vacuna puede cambiar muchas cosas. El Gobierno debe tener claridad respecto a sus objetivos en la estrategia de aplicación. Las contradicciones se mantienen, no queda claro, por ejemplo, si se puede cambiar de vacuna en una segunda fase, a diferencia de lo que expresa el cada vez más volátil vocero.

El paso dado estos días es importante, pero no se puede pasar por alto que estamos llegando tarde en comparación con otros países de América Latina. Chile y Costa Rica han hecho un gran trabajo abocándose a resolver en el menor tiempo la vacunación al personal de salud. La densidad de población de México dificulta la vacunación masiva, pero las muchas contradicciones y en ocasiones da la impresión que las ocurrencias, Campeche es un ejemplo, nos han colocado en una tardanza evitable, estamos bajo aquello de que en la tardanza está el peligro.

El Gobierno está en la obligación de vacunar a los ciudadanos. Los ciudadanos, sin duda, tenemos que saber agradecer por lo que significa la vacunación en tiempos como los que estamos viviendo, pero el Gobierno no tiene porque colocarse ninguna medalla.

La vacunación está en el terreno de las obligaciones del Estado y los ciudadanos estamos en los terrenos de nuestros derechos. Lo importante es que la población después de un largo y muy doloroso proceso puede ser vacunada para salvar la vida y para que ello le permita tratar de regresar, en la medida de sus posibilidades, a desarrollar sus actividades.

Llegará el día en que hagamos las necesarias evaluaciones de la forma en la que se ha abordado la pandemia. Hay muchas historias que no se han contado y que iremos conociendo en millones de hogares y en los hospitales. Serán los elementos para evaluar lo que hemos hecho Gobierno y ciudadanos, sin pasar por alto que es la autoridad la responsable de atacar la pandemia y por ahora los ciudadanos estamos lejos de evaluar de manera positiva la estrategia.

RESQUICIOS

El multicitado senador Ricardo Monreal, quien anda de propuesta en propuesta, lanzó una muy interesante iniciativa. Propone que en las salas de cine —nos urge regresar a ellas— exhiban al menos un 15% de producción cinematográfica nacional; ¿dónde firmamos?