Javier Solórzano Zinser

Dos semanas después

QUEBRADERO

Javier Solórzano Zinser
Javier Solórzano Zinser
Por:

Es importante que el Presidente esté de regreso. La secretaria de Gobernación vino de menos a más sustituyendo a López Obrador, aunque al final se haya quedado enredada en el muy importante tema Lydia Cacho. 

No pareciera que el Presidente haya hecho un acuse de recibo mayor respecto de su contagio. De entrada lanzó un “no voy a usar cubrebocas”, al tiempo que llenó de nuevo de cuestionables elogios al vocero.

Con López-Gatell no se sabe lo que puede pasar. Un día defiende el uso del cubrebocas, a pesar de ya haber superado el coronavirus, y al siguiente le dice al Presidente que si ya se tuvo el virus se puede dejar de usar, a contracorriente de lo que dicen especialistas.

Lo que quedó claro es que el Presidente no fue “casi” asintomático como dijo el vocero. López Obrador mismo se encargó de precisarlo al asegurar que tuvo calentura, dolores de cabeza y problemas en los pulmones. Querer hacer ver al tabasqueño como de otro planeta no solamente es mentiroso es también un engaño. Lo que lo hace ver cercano de la gente es que se le ve como uno de los suyos, dicho de otra manera de carne y hueso, y como dirían las abuelas y de un pedazo de pescuezo.

En los últimos meses el vocero ha sido un manojo de contradicciones sin que nadie lo ataje y le haga ver las consecuencias de sus declaraciones entre millones de personas. Reiteramos: la voz del Presidente y del vocero tienen una repercusión mayúscula en la sociedad, lo que dicen se ha ido convirtiendo en la “verdad” por más cuestionable que lo sea.

Quienes presumieron que en estas dos semanas podrían debatirse y discutirse al interior del gobierno las estrategias ante el coronavirus suponemos que con la conferencia de ayer, ya les quedó claro que seguiremos en el voy derecho y no me quito.

En su regreso, el Presidente de nuevo ha lanzado todo tipo de señalamientos y críticas a sus adversarios, quienes ingenuamente pensaron que algunas cosas podrían cambiar también en esta materia, ayer también ya tuvieron la respuesta.

Esto no va a cambiar, lo que ayer vimos y hemos visto a lo largo de estos años seguirá siendo la tónica del presente sexenio.

López Obrador tiene razón cuando plantea que a fin de cuentas se contagió, porque “como millones de mexicanos tengo que salir a trabajar”. Sin embargo, también debiera ser empático en que no todos los mexicanos tienen a su alcance los medios para enfrentar los contagios como él.

Cada vez se conocen más historias profundamente dolorosas que combinan problemas de salud de la población que se agudizan con los contagios, junto con una estrategia cada vez más cuestionable del gobierno para que los ciudadanos enfrenten la adversidad.

Con el Presidente de vuelta algunos temas están de vuelta. El más importante es el electoral y el debate sobre si el Presidente tiene el derecho a hablar del proceso. No hay que dar muchas vueltas, el tema va a estar debatiéndose y muy probablemente no se resuelva.

Lo que por ahora debe estar en el centro es la pandemia. Si tomamos lo que se está haciendo en el mundo como referente no se puede pasar por alto que algo no estamos haciendo bien, como lo muestran los comparativos.

El Presidente debe considerarlo y más ahora que ha vivido en carne propia el virus. Somos indistintamente el tercero y cuarto país con el mayor número de fallecimientos; somos el primer lugar en letalidad; tenemos una gran confusión con el tema de las vacunas, nos inscribimos para que nos vacunen sin que haya vacunas.

Es bueno el regreso del Presidente, pero seguimos en el voy derecho…

RESQUICIOS

Ayer se dio a conocer una propuesta sobre gestión de la pandemia firmada por científicos, académicos, políticos, profesionistas. El documento es reflexivo e intenta sumar en medio del cada vez más problemático escenario. No tiene sentido caer en el lugar común de señalar a los integrantes del grupo como “neoliberales”, “conservadores” o “adversarios”, más bien harían muy bien en atender la propuesta.