Javier Solórzano Zinser

“Esperen su turno”

QUEBRADERO

Javier Solórzano Zinser
Javier Solórzano Zinser
Por:

Da la impresión de que el Gobierno ha metido el tema de la vacuna a médicos privados en terrenos del maniqueísmo que bajo las condiciones en las que estamos no tiene razón de ser. 

La pandemia muestra la gran cantidad de problemas en el sector Salud, producto de las considerables desigualdades económicas y sociales. El coronavirus nos ha colocado ante un espejo que permite vernos con todas las contradicciones y deficiencias.

No tiene sentido hacer evaluaciones como si todo estuviera mal. La capacidad y compromiso del personal de Salud, tanto público como privado, es de altísimo nivel y de gran compromiso

Si a veces no hacen más es porque humanamente es imposible y porque buena parte de su trabajo, sobre todo en el sector público, está cargado de limitaciones. El personal de Salud hace un trabajo excepcional tomando en cuenta las limitaciones, muchos de ellas y ellos ponen dinero de sus bolsillos para comprar material para su trabajo.

La pandemia ha colocado al personal de Salud en situación extrema y al límite ante lo que ha respondido de manera excepcional. Si no fuera por ellas y ellos estaríamos metidos en un lío todavía mayor.

Han trabajado contra viento y marea en medio de una estrategia profundamente desigual del Gobierno. Entre el Presidente y el vocero nos han llenado de contradicciones que han pasado desde minimizar la pandemia, hasta hablar de la “intrascendencia” del  semáforo o mencionar que la muerte por Covid de 60 mil personas sería una “catástrofe”, hoy estamos rebasados.

Tampoco está para pasarse por alto aquello de que el cubrebocas “lo que ofrece es seguridad” y que el Presidente tiene “fuerza moral” por la cual no se contagia. Lo más reciente vino del medido titular de Salud quien, en algo que pareciera un arrebato, aseguró que la fuerza del Presidente y su salud están en el contacto con la gente.

Contra todo esto también ha batallado el personal de Salud público y privado. El discurso y la popularidad del Presidente llevan a un seguimiento impresionante, todo lo que diga y deje de hacer y decir trasciende de manera exponencial. Sigue siendo un enigma el porqué el Ejecutivo se niega a usar el cubrebocas de no ser que lo obliguen a hacerlo.

Los ciudadanos tenemos la otra parte de la responsabilidad. El personal de Salud, ante este panorama, se ha visto rebasado e impotente por más voluntad de compromiso que tenga.

A la pandemia se le ha enfrentado con el sector público y privado. Bajo las condiciones de país era y es necesario vacunar prioritariamente al sector público, pero pasar por alto el importante papel que juega la medicina privada es estar diseñando una estrategia con tintes discriminatorios y carente de una integridad.

La pandemia ha colocado de nuevo en el centro a la pobreza. A la distancia, fue lamentable lo que dijo un gobernador que decía que el coronavirus le daba sólo a los ricos; si a alguien le ha pegado el virus, reiteramos, ha sido a los más pobres.

Sin embargo, no tiene sentido soslayar lo que ha pasado entre la clase media y alta. La medicina privada ha jugado un papel importante para atemperar hasta donde es posible los padecimientos. Ha sido un gran refuerzo en medio de los contagios, las muertes y la recuperación de muchos ciudadanos.

La gente se sigue enfermando de muchas cosas y, en este sentido, la medicina privada se ha convertido en un elemento importante, en medio de la crisis ha logrado ser un eje para la recuperación y atención de la salud de millones de mexicanos.

Se entiende que hay que vacunar al sector público de salud prioritariamente, pero mandar al sector privado a “que espere su turno” no tiene sentido en función del papel que juega.

Nunca es tarde para rectificar, quizá no son votos, pero sí son personas.

RESQUICIOS

Los niños armados en Guerrero son la manifestación de un fracaso generalizado. Es un problema del estado, de Guerrero y de las políticas de seguridad e integración. ¿Qué estará pasando para que se llegue a este extremo?