Javier Solórzano Zinser

La guía y las llamadas a misa

QUEBRADERO

Javier Solórzano Zinser
Javier Solórzano Zinser
Por:

Uno de los retos del Gobierno y en particular del Presidente con la Guía Ética es que todos los preceptos que contiene los pueden terminar por alcanzar. La idea de una Constitución Moral terminó en una “Guía Ética”. 

De lo que parece que ya no habrá tiempo será de llevar a cabo un debate sobre la guía. Se anunció que en el corto plazo se editarán 10 millones de ejemplares para distribuirlos en todo el país. La tarea para dar a conocer la guía se encomendará a hombres y mujeres de la tercera edad como si fuéramos la personificación y ejemplo de los valores que contiene el documento; no necesariamente somos los tutores o algo parecido de la sociedad.

El ejercicio del poder expone a los gobernantes trátese de quien se trate. Lo hemos visto en estos dos años con todo y que el Presidente, más que su Gobierno, mantiene un alto nivel de popularidad y esperanza entre millones de personas. Seguimos en terrenos en donde se le sigue otorgando al tabasqueño una especie de estado de gracia.

El Presidente es consciente de ello y deberá estar preparado para las futuras batallas, las cuales por más que sean vistas con optimismo no van a ser nada fáciles. En BC el fin de semana lanzó todo tipo de puyas como calentando motores para el 2021 en donde de nuevo asumió su siempre presente condición de entre candidato, militante y Presidente.

López Obrador podrá mantener su popularidad, pero empiezan a aparecer signos de que la terca realidad se está acercando a la puerta de su Gobierno.

El proceso de transformación que pretende el Presidente va a entrar inevitablemente en desgaste y confrontaciones mayores que podrían colocarlo con problemas profundos que le impidan alcanzar sus objetivos.

Al mismo tiempo que vayan surgiendo estos escenarios hay evidencia de que el Gobierno en muchos casos se ha aislado sin atender otras voces, pero sobre todo, esto es quizá lo más delicado, ha caído en contradicciones que van en contra de lo que pregona.

Diversos casos en los que han estado involucrados funcionarios muestran la doble vara para medir las cosas. Los confusos terrenos en que quieren dirigir el caso del hermano del Presidente muestran esta riesgosa dualidad.

Cuando se trata de la lucha contra la corrupción a la que tanto apela el Presidente y buena parte de sus funcionarios, no puede haber dinero bueno ni malo, es corrupción y punto y deberán ser los aparatos de justicia los que determinen la aplicación del Estado de derecho.

Las contradicciones en este sentido le pueden cuestionar el espíritu que busca la Guía Ética. Los terrenos del maniqueísmo, la sistemática referencia presidencial a un especie de buenos y malos, termina por encontrar su definición única y exclusiva desde el ámbito del ejercicio del poder y no de los consensos sociales.

Como el caso del hermano del Presidente hay otros en los que el Gobierno debiera hacer acuse de recibo, lo cual le daría coherencia a su Guía Ética como instrumento de conciencia y reflexión. Por más que sea repetido el lugar común, la premisa de que “el buen juez por su casa empieza” debiera acompañar al Gobierno.

La guía maneja conceptos que pueden tener interpretaciones de toda índole en función de las creencias y valores de cada persona. Si nos atenemos a muchas de las definiciones el texto parece provenir de posiciones que bien podrían firmar sectores conservadores o “de derecha”.

El académico de la ULSA Felipe Gaytán nos decía que parece una guía de derecha “invocado por la izquierda”.

El documento terminará como las llamadas a misa.

RESQUICIOS

Las innumerables tonalidades que va adquiriendo el semáforo naranja son prueba de cómo el gobierno de la ciudad está alargando la liga. Nadie quiere el rojo, pero para allá vamos entre la por momentos confusa estrategia de gobierno y sobre todo el que no queremos quedarnos en casa y no nos queda de otra.