Javier Solórzano Zinser

No regresemos al pasado superado

QUEBRADERO

Javier Solórzano Zinser *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Javier Solórzano Zinser
 *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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En el Parlamento Abierto sobre la Reforma Electoral de ayer estuvieron a debate las instituciones electorales y como subtema la designación de consejerías y magistraturas.

Si en algo hubo coincidencias es en que los órganos electorales no deben perder su autonomía, “sería un retroceso de 30 o 40 años para la democracia del país”, planteó José Woldenberg, expresidente del IFE, hoy INE.

Para el destacado académico la Reforma Electoral “es la peor que he visto en mi vida… cada proceso electoral deja enseñanzas, las cuales se traducen en modificaciones a la ley… las propuestas siempre vienen de la oposición, es la primera vez que una iniciativa de reforma de esta naturaleza viene del gobierno en turno”.

Lo que va quedando claro es que por más imperfecto que sea el sistema electoral, ha sido clave para el desarrollo de la democracia. Nuestras elecciones son más transparentes y las instrumentan los ciudadanos, quienes se encargan de instalar las casillas y contar los votos.

Ayer se llegó a coincidencias importantes sobre el proceso electoral. Lo más importante es lo que tiene que ver con la autonomía, pero también se mencionó la oposición a cambiar el mecanismo de selección de los magistrados y las consejerías.

Como sea, existe hoy un mecanismo que está avalado por el Congreso. Para que un consejero sea electo se requiere al menos de la aprobación de dos terceras partes del total de diputados y senadores.

En el caso de los magistrados, la Corte hace las propuestas, si alguien conoce a los jueces es precisamente la SCJN. La aprobación pasa también por el Poder Legislativo.

La clave en todo el proceso es la división de poderes. Es fundamental el equilibrio, porque en democracia es lo que le da a cada una de las instancias un peso propio en decisiones que tienen que ver con toda la ciudadanía.

Carolina del Ángel, consejera Electoral del Instituto Electoral de la Ciudad de México, puso énfasis en la profesionalización de quienes trabajan en los procesos electorales. “Los Consejos deben estar integrados por personas formadas en el derecho electoral, no es un trabajo menor, me parece fuera de lugar cómo se menosprecia lo que hacemos los consejeros”.

José Antonio Carrera Barroso, académico de la UAM y especialista en procesos políticos, insistió en la importancia que tiene la selección de los consejeros, “es necesario que conozcamos todo lo que tiene que ver con los exámenes e incluso conocer las calificaciones que sacan los aspirantes”.

Marcia Itzel Checa Gutiérrez, coordinadora general del Observatorio de Designaciones Públicas, habló de la importancia que tiene la sociedad civil en el desarrollo de los procesos electorales, “es fundamental la existencia de los organismos autónomos, porque fortalece el papel de la sociedad, lo cual permite que sea observadora y garante de la transparencia, de la rendición de cuentas, de la atención a los temas de género y de los derechos humanos”.

No pareciera que exista un ánimo y una imperiosa necesidad de aprobar una Reforma Electoral como se está analizando en función de los instrumentos que tenemos para desarrollar los procesos electorales. No nos va a llevar a ningún lado y más bien nos manda para atrás en el tiempo. El Presidente quiere imponer nuevas formas electorales, las cuales pasan por buscar a como dé  lugar gastar menos, pero quizás también por querer tener un control sobre los procesos.

La democracia así no funciona. El Parlamento Abierto ha mostrado la importancia que tiene lo que hasta ahora se ha hecho en el país en materia electoral.

Si vamos a cambiar hagámoslo para mejorar lo que tenemos, no regresemos al pasado que ya superamos.

RESQUICIOS.

Por ningún motivo está para pasarse de largo la aspiración de Beatriz Paredes para ser presidenta de México. Son muchas las virtudes de la política tlaxcalteca, inteligencia, experiencia, capacidad y sensibilidad, todo lo cual no es común en la clase política mexicana y menos en estos tiempos.