Javier Solórzano Zinser

Un rudo llamado de atención

QUEBRADERO

Javier Solórzano Zinser
Javier Solórzano Zinser
Por:

Las probabilidades de que el Presidente se contagiara de Covid tarde que temprano siempre estuvieron latentes. Este fin de semana el propio López Obrador dio a conocer que había sido contagiado, “los síntomas son leves, pero ya estoy en tratamiento médico”.

Lo más importante es que el Presidente pueda lo más pronto posible superar este momento. Sin filias y fobias entendamos la relevancia que tiene un personaje de esta naturaleza y más en función de lo que se ha convertido para millones de personas.

El muy competente equipo médico del mandatario ya es un factor altamente positivo, está altamente calificado a lo que se suma su identidad personal e ideológica con el tabasqueño. No perdamos de vista que López Obrador es hipertenso y que sufrió un infarto hace pocos años, además de que tiene 67 años.

Es fundamental que cuiden al Presidente y es igual de importante que el Presidente se cuide. El hecho de que el tabasqueño haya confiado de manera tan determinante en López-Gatell y que, al parecer, no haya escuchado otras voces,  pudiera ser que por ello se haya expuesto más de lo debido. No deja de retumbar la definición del vocero sobre el Presidente en el sentido que tenía una “fuerza moral”, la cual se interpretó como si tuviera una posición de privilegio o algo parecido.

Siendo que el país en los últimos dos años ha girado de manera contundente en torno al Presidente, es importante la prudencia y colocar las cosas en una dimensión precisa. Las desbordadas pasiones se han manifestado en las redes sociales, no se ve cómo vayan a parar, pero independientemente de ello, lo importante está en atemperar, aunque sea momentáneamente, los ánimos.

Lo que importa es la salud del Presidente sin escatimar absolutamente nada en ello, ya llegará el momento en que el mandatario tendrá que responder muchas preguntas sobre la forma en que se ha actuado ante la pandemia.

Lo que está pasando debería llevar a rectificar algunas medidas. El hecho de que el fin de semana el Presidente haya viajado y participado en reuniones en diferentes estados ha provocado inquietudes colectivas, tanto de quienes estuvieron con él como quienes compartieron viajes y traslados; era previsible que el Presidente pudiera contagiarse.

Lo que es un hecho es que quitarle el contacto al Presidente con la gente es quitarle una de sus esencias políticas.

Por más medidas de seguridad que tomara estaba expuesto. En todos los actos en los que participó era el único que no traía cubrebocas, de no ser su equipo que le da por ponérselo en cuanto se va el tabasqueño.

El llamado de atención es rudo. Lo importante ahora es aprovechar la experiencia y que el Presidente vea como una alternativa seria y efectiva al cubrebocas.

A estas alturas no puede escuchar solamente al vocero. Existen otras voces que pudieron ajustar de manera efectiva la estrategia ante el coronavirus. El Presidente está siendo parte del momento más rudo de la pandemia, en carne propia está viviendo lo que cientos de miles de personas.

Es un hombre sensible y por más que se quiera en medio de filias y fobias señalar, tiene objetivos claros respecto al sentido social que debe tener el país.

Habrá que atender finalmente varios temas. ¿Cómo será la vida del país estos días sin que el Presidente esté de lleno en la primera línea? ¿Cómo será el proceso de recuperación de López Obrador, el cual urge que sea rápido? ¿Qué tanto se aprenderá en función de que el Presidente esté viviendo en carne propia el coronavirus?, es un buen momento para replantearse algunas cosas.

Reiteramos, lo mejor es que con las inevitables filias y fobias el Presidente esté lo más pronto posible en la mañana; el llamado de atención es rudo.

RESQUICIOS

Se han intensificado los contagios entre jóvenes. Se están juntando varias circunstancias, la necesidad de mucha gente de salir a trabajar, pero también hay una variable que ya es factor: las fiestas y lo que hicimos a fin de año.