Josefina Vázquez Mota

Un listón rosa no alcanza

SIN MIEDO

Josefina Vázquez Mota
Josefina Vázquez Mota
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“Octubre es el mes del cáncer de mama y, como sobreviviente, mantengo una cruzada a favor de la autoexploración y de la detección a tiempo. Gracias a la Fundación Cáncer de Mama (Fucam), estoy de pie, junto con otras mujeres acompañándonos en nuestro tratamiento o en la resistencia a perder la vida”, dijo Gretta Gutiérrez.

A sus 47 años, señala que algunas voces le decían que los tumores en su mama derecha eran un conflicto no resuelto con su padre y que no debía operarse. Le hablaron de medicina biológica alemana, veneno de escorpión, imanes, dietas alcalinas o cannabis.

“No dudo que la medicina alternativa ayude, pero no hay como la medicina científica. Enfermedades tan cab… como el cáncer necesitan de tratamientos oncológicos y cirugías. En el Fucam no sólo te salvan la vida o los senos, te cambian la vida. Lástima que por las políticas de este Gobierno muchas mujeres no siguieron su tratamiento en la institución, porque la salud no debe tener partidos”, expresó Gretta.

El cáncer de mama en México es la segunda causa de muerte en mujeres de 30 a 54 años de edad. Desde 2006 registra más muertes que el cáncer cérvicouterino. Para 2020 se estima un incremento de 16 mil 500 nuevos casos anuales, según una investigación realizada por Salud Pública de México.

La mayoría de los casos se autodetecta y sólo 10 por ciento se identifica en la primera etapa. A partir de 2007, la población sin seguridad social tuvo derecho a tratamientos a través del Seguro Popular, extinto por el actual Gobierno federal para dar paso al Insabi.

El Inegi reveló que las mujeres con cáncer son las que más fallecen. Sólo en 2018 se reportaron 44 mil164 decesos, un alza de 23.2 por ciento respecto a 2010 con 35 mil 823. El Instituto Nacional de Cancerología (INCan) sostiene que este tipo de cáncer es el más frecuente en México, al registrar 27 mil 500 casos por año.

La Fundación Casa Rosa, A.C. señaló que por la pandemia de Covid-19, muchas mujeres tienen miedo de acudir a un centro de salud para atenderse o para seguir con su tratamiento por ser una población en riesgo y contraer el virus.

Si a este temor se suma la cancelación de quimioterapias, falta de radiaciones, desabasto de medicamentos, indiferencia de funcionarios, falsa propaganda, término de programas, falta de infraestructura, hospitales inconclusos o de estudios oncológicos, la vulnerabilidad de miles de mujeres es enorme y crece cada día.

Una de cada siete mujeres desarrolla cáncer de mama durante su vida, por eso resulta indispensable no dejarnos de autoexplorar, de crear conciencia, de acompañarnos y de exigir a las autoridades sanitarias la implementación de políticas de salud que garanticen mayor cobertura y acceso a un tratamiento oportuno y seguro, así como a la detección temprana.

Portar un listón rosa, siendo muy relevante, es francamente insuficiente sin un soporte presupuestal; sin una cultura de mayor y mejor prevención, sin un acompañamiento psicológico y sin la certeza de un abasto garantizado de medicinas.