Aeroméxico, los ricos también lloran

GENTE DETRÁS DEL DINERO

Mauricio Flores
Mauricio FloresLa Razón de México
Por:

Los accionistas y altos directivos de Aeroméxico, que encabeza Javier Arrigunaga, también salieron muy raspados del convenio de financiamiento con Apollo Investment que les hará salir del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de los Estados Unidos: la inyección de mil millones de dólares que se concretará en los próximos días significará que los actuales propietarios verán diluirse su participación accionaria.

Los inversionistas originales, como Eduardo Tricio, Antonio Cosío, William Carrol, Valentín Díez Morodo, Jorge Esteve, María Tricio, Carlos Villarreal y la misma Delta, que encabeza Ed Bastian, verán reducir el peso relativo de su participación. En los hechos será una pérdida neta de valor, pues ya no tendrán el control de las decisiones corporativas. El actual management, a cargo de Andrés Conesa, tendrá como guía de acción lo establecido en el plan de negocios acordado con Apollo y tendrán que buscar los objetivos establecidos como una aerolínea más pequeña y eficiente… además de que tendrán menos relevancia las acciones que recibieron como parte de sus compensaciones en años previos a la pandemia del Covid-19. Tal es el impacto que tendrá la capitalización de los nuevos inversionistas institucionales representados por el fondo que preside León Black.

¿Es un cambio de manos? Vendrá con el tiempo, pero no como resultado de una venta directa de acciones como errónea y malintencionadamente intentaron difundir los miembros radicales de pilotos para sabotear el acuerdo que Aeroméxico logró con ASPA, liderado por Rafael Díaz, con los sobrecargos, que representa Ricardo del Valle y los trabajadores en tierra presididos por Tomás del Toro.

El cambio será por dilución, de manera predecible por las directrices contractuales de un crédito de mil millones de dólares y, por supuesto, con la pérdida neta de patrimonio.

Ni modo y se agradece: Aeroméxico se salvó por el sacrificio de todos sus integrantes. Pero ¿y el Gobierno? Bien, gracias.

Televisa, ciencia ambiental en objetivos. La gravedad del cambio climático es perceptible año con año, cuyos efectos como empobrecimiento y proliferación de nuevas y antiguas enfermedades son cada vez más extensas y onerosas. La incorporación de Televisa, que encabeza Emilio Azcárraga, a la iniciativa Science Based Targets (SBTi) contribuirá a la difusión e impulso a las mejores prácticas mundiales para lograr en el menor tiempo posible emisiones netas cero. Dos grados más que aumente la temperatura global y difícilmente nuestra civilización podrá sostenerse tal cual. Así que Televisa se suma a la iniciativa en la que participan más de mil compañías alrededor del mundo, asumiendo compromisos concretos de reducir sus emisiones de efecto invernadero y cambiar hacia fuentes de energía limpia. Esto, apoyando la meta de que México logre descarbonizar 35% de su producción energética en 2024 conforme al Acuerdo de París.

UNOPS, buen saque… Pero falta todo lo demás. El hecho de que el viernes pasado la UNOPS, que aquí presenta Guiseppe Mancinelli haya recibido 88.7% de las ofertas para la compra de 1,183 de claves de medicamentos resulta un buen inicio. Mucho mejor inicio que, a diferencia de los predicho por el presidente Andrés Manuel López Obrador, casi 80% de las empresas participantes son mexicanas (las corruptas, las amafiadas) dispuestas a sacar al país de la crisis de abasto que padece el sector público. Claro, aún falta, como señala el experto en compras públicas Oscar Flores, la parte sustantiva y vital: los fallos y evaluación de claves, el pago de fianzas; luego los contratos sin jaloneo, las entregas en las precarias instalaciones de Birmex —a cargo del operador electoral Pedro Zenteno— y su entrega en hospitales y clínicas a las que se comprometió llevar en tiempo y forma el Insabi, de Juan Ferrer a partir de abril próximo. No vaya resultar como con las vacunas anti #Covid-19.