Mauricio Flores

Desde la casa de Ideeo-Corona

GENTE DETRÁS DEL DINERO

Mauricio Flores*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Mauricio Flores
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Una planta industrial de 25 mil metros cuadrados donde trabajan casi 700 expertos mediante equipamiento sofisticado para procesar hasta 35 toneladas diarias de impresiones en las más diversas presentaciones y materiales que soporta las órdenes específicas de cada trabajo mediante un site de 80 terabytes de capacidad (con dos centros espejo por cualquier contingencia), es una descripción muy general de Ideeo, el corporativo en el que se agrupa Gráficas Corona, a cargo de Juan Estrada.

Además de imprimir los recibos de cobro de electricidad de la CFE, tiene entre sus clientes a los tres bancos más importantes en el país, así como las dos firmas de comunicaciones móviles de mayor penetración nacional.

Son pocas las empresas y sus directivos que suelen mostrar sus procesos productivos, así como el andamiaje sobre la que ofrecen sus servicios a sus clientes, y menos después de recibir críticas tan directas como las aquí formuladas. Gráficas Corona obtuvo el mote “de la favorita” por la cantidad de ocasiones que había ganado los trabajos de impresión para la empresa productiva del Estado hoy a cargo de Manuel Bartlett. Sin embargo, durante años no fue la CFE el principal cliente de Ideeo-Corona sino instituciones financieras como BBVA, que dirige Eduardo Osuna; el hoy en venta Banamex, que lleva Manuel Romo; así como Banorte, de Carlos Hank González. Y no se tratan sólo de recibos de cobro y estados de cuenta, sino de artículos promocionales, impresiones de realidad aumentada (como se hace también para Suburbia, parte de Liverpool, al mando de Graciano Guichard), así como paquetes de recompensa para sus clientes más leales. Y no sólo por pedido de los clientes, sino que Ideeo tiene toda una división comercial que les propone soluciones a partir de las tendencias del mercado.

La pasada licitación de CFE no la ganó inicialmente Gráficas Corona; las bases de licitación fueron modificadas cuatro ocasiones (por influencia de la dirección de administración, a cargo de Miguel López), además de que se realizó de manera totalmente inusual una segunda sesión de dudas y aclaraciones que le permitieron concursar y finalmente ganar a la firma Ciime, de Daniel Rodríguez, que se alió con la estadounidense Print LSC Communications de Thomas J. Quinlan III.

Pero resultó que Ciime es de “chocolate”: tiene una oficinita en la colonia Juárez de la CDMX y renta un coworking en Santa Fe para apantallar a los visitantes. Ganó un concurso de mil millones de pesos y no pudo siquiera instalar el 2% de las impresoras requeridas por la CFE.

Y ante el riesgo de que ello afectara la cobranza de casi 1,100 millones de pesos diarios, el contrato regresó a Gráficas Corona porque poseía la infraestructura para responder a la demanda.

Es decir, no basta con tener interés, ganas y “hasta amigos” para pelear en una de las contadas licitaciones públicas que se hacen en este sexenio; hace falta experiencia, equipo humano asistido con tecnología, líneas claras de mando e innovación.

Palazuelos, 500 mdp. Este domingo Roberto Palazuelos inició campaña política. Obviamente no para ser gobernador de Quintana Roo en esta ocasión (too late) si no para mantenerse como un personaje político vigente que es una alternativa frente a los partidos tradicionales de oposición, mismos a los que acusó de haberse “vendido con el Partido Verde” por “enquistar” a Laura Fernández como la candidata de la Alianza PAN-PRD-Confianza aun siendo ella una exintegrante del Verde. Ante un mitin de 1,200 personas, el Diamante Negro también denunció a Movimiento Ciudadano por abrirle la puerta al morenista José Luis Pech como su nuevo candidato. En los corrillos políticos de Quintana Roo se comenta que “bajar” a Palazuelos de la candidatura costó 500 millones de pesos. ¿Será?