Lo malo de pelearse con Biden

GENTE DETRÁS DEL DINERO

Mauricio Flores
Mauricio FloresLa Razón de México
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Según Index, organización que agrupa a las mil compañías manufactureras de exportación más importantes que operan en México que encabeza Luis Manuel Hernández, la inversión extranjera en tal sector crecería de 5% a 8% en 2021, porcentaje que podría presumir la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier… de no ser que tal aumento es pobremente inercial; que el crecimiento real podría ser sustancialmente superior si los empresarios no advirtieran riesgos regulatorios en nuestro país, como laborales y energéticos.

Las compañías de manufactura de exportación en América del Norte —anteriormente conocidas como maquiladoras— registran hoy un spin-return de capitales y procesos productivos que hace 4 décadas se trasladaron a China y Lejano Oriente; la guerra comercial entre ese país con Estados Unidos y la conformación de bloques económicos obligó las condiciones de ese retorno: las reglas de contenido regional marcadas en el T-MEC condicionan los beneficios arancelarios y de no arancelarios a las empresas integradas en la cadena de valor de América del Norte, anulando la mayor parte de los beneficios a la incorporación de componentes de origen asiático a los productos regionales. Un ejemplo contundente de ello es la incapacidad del gigante chino CRRC que encabeza Liu Hualong para ofrecer locomotoras y vagones “Made in TMEC” al Tren Maya que coordina Rogelio Jiménez Pons.

Sin embargo, la inestabilidad de las regulaciones en México limita el regreso de firmas manufactureras provenientes de Asia. En el tema laboral, la disputa por el Contrato Colectivo de Trabajo de GM en EU evidencia el primer gran encontronazo entre la CTM aún de Carlos Aceves y CATEM de Pedro Haces, conflicto en el cual tuvo que intervenir la AFL-CIO. El inicio de esta guerra sindical es el costo de asfixiar el modelo de subcontratación laboral (outsurcing) que permitía administrar el natural conflicto obrero-patronal.

En materia energética el conflicto también es múltiple: las primeras tres empresas (Finley Resources, MWS Management, y Prize Permanent) en demandar la nueva Ley de Hidrocarburos muestran el terreno incierto que tienen las empresas manufactureras globales que buscan en México los beneficios del T-MEC tanto en disponibilidad y precio de combustibles como de observación de las normas medioambientales internacionales. Ya ni hablemos del errático suministro eléctrico de la CFE, empresa a cargo de Manuel Bartlett, que por apoyarse en el uso de combustóleo, condena a casi toda la exportación mexicana a entrar a controversia ambiental internacional.

López Obrador intentó convocar a un clamor nacional contra el “intervencionismo” estadounidense en los asuntos políticos nacionales. Lo que sabe hoy con precisión que Katherine Tai, representante comercial de EU (USTR), es la agenda económica que Joe Biden puede marcar a López Obrador.

Coca-Cola invierte 11 mmdp. Y hablando de medio ambiente, la Industria Mexicana de Coca-Cola, que representa Roberto Mercadé, anuncia la extensión de su programa de reciclaje de insumos y envases con una inversión de 10,926 mdp en los próximos 3 años para conjugar nuevas acciones en favor del medio ambiente con la sustentabilidad social y económica. Bajo los ejes rectores de retornabilidad, acopio y reciclaje, se pretende fortalecer el eslabón de la economía circular que desde hace años Coca-Cola ha forjado bajo el lema de “Un Mundo Sin Residuos”. En ello, la IMCC va acompañado de ECOCE, IMER, PETstar y sus embotelladores, bajo la premisa que hacer negocios de la manera correcta no es la más fácil, pero es la que genera un impacto social y ambiental sostenible.