Mauricio Flores

México-Querétaro, el tren del nunca jamás

GENTE DETRÁS DEL DINERO

Mauricio Flores
Mauricio Flores
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Construir un enlace ferroviario entre la CDMX y la ciudad de El Constituyente es un viejo anhelo —desde la época de Porfirio Díaz— que parece seguirá siéndolo, a juzgar por el hecho de que el modelo concesionado por Asociación Público-Privada que presentó el Gobierno de la 4T no ha recibido ninguna oferta no solicitada, como lo informó el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Jorge Arganis.

La historia es antigua (como algunas ideas del actual régimen) pues en 1888 se asignó la concesión para agregar el ramal Ciudad de México-Ciudad-Juárez pasando por Querétaro a una compañía méxico-estadounidense financiada por la Achinson-Topeka-Santa Fe (hoy la Burlington Northern Santa Fe, que encabeza Katie Farmer); luego por allá, en los nefastos años del neoliberalismo de Carlos Salinas de Gortari, se construyó el tren electrificado entre ambas ciudades que se inauguró en febrero de 1994, pero sólo pudo operar hasta 1996 por resultar incosteable tanto por el tipo de sus 36 locomotoras (que fueron luego vendidas) como por lo sinuoso de su trayecto que no permitía la dualidad de un servicio rápido de pasajeros con carga industrial. Al mejor cazador se le va la liebre.

Lo que se pudo obtener, de rebote, fue aprovechar el trazo de Buenavista a Cuautitlán para el Tren Suburbano, que dirige Max Zurita, una gran solución de transporte masivo de coinversión entre la española CAF y Banobras, pero que apenas logra el punto de equilibrio, amén de que hace dos años tuvo que redocumentar pasivos por 6,500 millones de pesos.

Otro intento fue el proyecto que licitó el Gobierno de Enrique Peña Nieto, donde la SCT, del finado Gerardo Ruiz Esparza, dio al único concursante, al consorcio encabezado por la poderosa China Railway Construcción Corporation; pero fue tan severo el conflicto geopolítico que ello desató con los gobiernos de EU y Europa, que el concurso se canceló y el “escándalo” de la “Casa Blanca” (pequeño en comparación a los bretes inmobiliarios de la 4T) de Angélica Rivera.

Quizá sea la historia, quizá la grilla, la falta de certidumbre para invertir, la pandemia y los drásticos cambios que impuso a la movilidad, o todo ello junto, pero no se ha visto (y parece que no hay por ahora) al valiente que esté por ahora meterle por lo más bajito unos 51 mil millones de pesos a dicho plan.

ICC, regresan las mentiras. Ayer que inició el debate en el Congreso sobre las herramientas para que se pague al precio justo los dólares que reciben en efectivo migrantes y sus familias, comerciantes de zonas fronterizas y trabajadores turísticos, también regresaron las mentiras: el Internacional Chamber of Commerce, que aquí dirige Claus von Wobeser, agitó de nuevo el petate del muerto al decir que no beneficiará al país la reforma al Banco de México que propuso el senador Ricardo Monreal “pues que del total de remesas que envían nuestros paisanos del extranjero a sus familias en México, únicamente 0.7% son en efectivo, en tanto las del turismo representan sólo 0.3%”. Tal vez haya que enseñarle teoría de conjuntos al señor Wobeser: el Universo A es lo que se registra en medios electrónicos y bancarios, y el Universo B que se refleja en parte en el excedente de 6 mil millones de dólares anuales que Banxico retorna a EU sin que haya conocimiento exacto de cómo ingresó, sí como propina, obsequio o pago. Si lo entiende, ya la hizo. Si no, sólo habrá que recordarle que la compra por corresponsalía de ese excedente lo monopoliza Bank of America, que lleva Emilio Romano.

Hoteles Misión no paga el cable. Que alguien le avise a Roberto Zapata, jefe de Hoteles Misión, que alguien no pagó el servicio de cable este puente y dejó sin televisión (y por largos ratos sin Internet) a muchos clientes de sus hoteles. Por cierto, es amplio el catálogo de los fallos de servicio; hay viajeros que intentan apoyar la actividad turística arriesgando un paseíto… pero parece que en Misión no quieren ayuda.