Mónica Argamasilla

El thriller o suspenso

LAS LECTURAS

Mónica Argamasilla*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Mónica Argamasilla
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Uno de los géneros literarios más populares es el thriller o género de suspenso. Todos los días escuchamos acerca de asesinatos, secuestros y crímenes sin resolver, lo cual nos desmorona como sociedad. El gran atractivo que ofrece este género, es que nos brinda la esperanza de saber que los crímenes se pueden resolver, y que existen inspectores e investigadores realmente comprometidos con su profesión y que ofrecen resultados.

Otro de los grandes ganchos que ofrece el suspenso, es que involucra al lector como ningún otro género. El lector quiere ir resolviendo el misterio junto con el investigador, ese personaje que nos conquista desde el principio, ya sea por su ética y entrega o quizá porque es un antihéroe, aquel que se va redimiendo con su trabajo, ya que a veces, los que investigan el crimen son protagonistas de historias sórdidas, de un dolor terrible que arrastran, lo cual nos genera una gran simpatía.

Este género debe abrir con un gran anzuelo que atrape al lector. Un misterio sin resolver, un asesinato, una desaparición o un secuestro, incluso una duda psicológica. El autor debe ser capaz de crear tensión desde el principio y debe sostener ese suspenso a lo largo de la trama, manteniendo siempre al lector a la expectativa, en un estado de tensión constante.

El ritmo del thriller es agotador, en la trama siempre está sucediendo algo. Son novelas con mucha acción, donde se escenifica la lucha entre el bien y el mal.

El autor debe ser capaz de sembrar pistas falsas y confundir al lector. Llevar a sus personajes a vivir situaciones extremas, incluso, a veces el narrador puede adelantarnos información que no poseen los personajes, esto genera una angustia en el lector, que quisiera avisar del peligro al personaje. Es una forma de jugar e involucrar directamente al lector.

Nuestro ritmo de lectura suele ser agotador. Cuando pensamos que podemos pausar la lectura al terminar el capítulo, nos damos cuenta que no podemos. La historia se ha puesto aún más interesante y necesitamos avanzar. El nivel de angustia que genera en el lector, es determinante para que su lectura sea más rápida, en comparación con otros géneros.

Una de las claves para involucrar al lector es sembrar dudas, dar giros inesperados a la trama, crear situaciones y personajes que vayan cambiando nuestras sospechas iniciales. Confundirnos es la labor principal del narrador.

El autor debe contar con una destreza importante para poder manejar las situaciones, además de contar con una gran documentación, es decir, conocer los procesos policiales y forenses. La criminalística es una ciencia que hay que dominar.

Uno de los subgéneros del suspenso es el llamado thriller psicológico. En éste, el enfrentamiento es a nivel mental. La inteligencia del protagonista juega un papel fundamental, ya que juega con el lector, nos engaña, nos manipula igual que lo hace con el resto de los personajes, nos envuelve en una red invisible que no percibimos hasta el final de la historia, y por lo general, éste nos sorprende, nunca lo vimos venir…

Y hablando de finales, en las historias de suspenso, éste debe ser uno de los momentos fundamentales de la historia, todo lo que nosotros, como lectores, hemos deducido, debe ser desechado, la trama por lo general da un giro inesperado y las piezas encajan perfectamente. No debe haber hilos sueltos, ésa es una regla de oro. El lector debe quedar igualmente sorprendido y satisfecho.

Ahora entendemos por qué gusta tanto este género, y es que al final, todos tenemos la esperanza que el bien pueda vencer al mal, y restablecer el equilibrio que falta en el mundo real.