Mónica Garza

2021, del espejismo político a la realidad

GENTE COMO UNO

Mónica Garza
Mónica Garza
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“Fuego amigo”, “siguen viendo sus intereses personales”, “son tan irresponsables e inconscientes que por su ambición personal, son capaces de apoyar a los conservadores corruptos”, “fantochería y politiquería”…

Con estas frases y algunas otras, se refirió —enojado— el Presidente al resultado de las elecciones del pasado 6 de junio, en el que Morena conservó una mayoría menos contundente de lo que esperaba, lo que se percibe como un tropiezo —aunque es solo eso— en la continuidad de su proyecto.

La pasada, fue una elección intermedia inédita, por muchas razones, donde salió a votar una sociedad enojada, asustada, enlutada por la pandemia, enferma emocionalmente por la misma, pero mucho más participativa quizá por el mismo motivo.

“¿Quieres conocer a Andrés?, vive con él un mes” dice el dicho… y tal cual, en la adversidad —y hasta sin ella— es como mejor se ha revelado la realidad del proyecto de país que como un oasis se prometió en 2018.

A muchos ya no les gustó, y salieron a manifestarlo en las urnas. El nivel de participación fue histórico —entre el 51.7 y el 52.5% de los 93.4 millones de electores inscritos en la lista nominal—. 47.6 millones de ciudadanos fueron a votar, aguantando sol a plomo, calor y retrasos en las casillas; pero así esperaron, se quejaron pero ¡votaron!

En la ciudad de México, cuna del Movimiento de Regeneración Nacional y una de las primeras en el país en girar hacia la izquierda, fue la más clara muestra de la consecuencia del dicho que cité arriba.

Y como en la canción de los perritos, de las 14 que tenían ya nomás les quedan 7: Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza, Iztacalco, Iztapalapa, Tláhuac, Milpa Alta, Xochimilco.

Las demás fueron por “Va por la CDMX” o el PAN en solitario (Álvaro Obregón, Tlalpan, Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Magdalena Contreras, Cuajimalpa, Azcapotzalco, Coyoacán, Benito Juárez).

Conteo de boletas electorales en una casilla, el domingo pasado.
Conteo de boletas electorales en una casilla, el domingo pasado.Foto: Cuartoscuro

La división de la ciudad, pasó —en este México tan inclinado a la mofa— de la reflexión seria, rápidamente a los comparativos caricaturescos con otras ciudades, memes y demás bromas que, hablando en serio, lejos de dar risa, dejan al descubierto una aún más peligrosa polarización ciudadana, mayor de la que ya advertíamos.

Desde el Gobierno capitalino se pidió “revisar la historia de estos partidos (de oposición)” asegurando que la corrupción no estará permitida, advirtió Claudia Sheinbaum, quien se convirtió en la primera mandataria en gobernar la Ciudad de México con el mayor número de alcaldías bajo las siglas de la oposición, es decir, es la pérdida más grande que ha tenido el movimiento de izquierda desde su instalación en aquel Distrito Federal de 1997.

El actual Congreso local para Morena también sufrió un descalabro, pues su representación pasó de 30 a 18 diputados, lo que significa una pérdida de más del 40% de las curules que planchaban las decisiones.

Pero a nivel nacional Morena ganó territorio, y contrario a lo que la oposición quisiera celebrar, el partido del Presidente, siendo realistas, sí tuvo un triunfo arrasador, lejos de las “derrotas” que celebran algunos demasiado optimistas en San Lázaro.

Aunque Morena conserva su presencia por encima de los demás grupos parlamentarios, ya no tiene mayoría absoluta para la que requiere más de la mitad de la Cámara de Diputados, pero mantiene la posibilidad de auxiliarse de sus partidos “aliados”… hasta que los acuerdos los separen.

El Gobierno de la Cuarta Transformación claramente no se caracteriza por su capacidad de autocrítica y muchísimo menos por su humildad para reconocer errores, por lo que el pasado ejercicio electoral no lo ven como ninguna advertencia para su movimiento… aunque deberían…

La sociedad mexicana cada vez más politizada —aunque no mejor politizada— se encuentra en un momento de polarización marcado por una preocupación derivada de una economía estancada, una estrategia sanitaria fallida —llena de muertos— y un sinfín de claroscuros en la relación de autoridades con organizaciones civiles, colectivos, mujeres y jóvenes sin oportunidades y libertades cada vez más acotadas.

Sin embargo, hay que celebrar la manera en que los mexicanos decidieron salir a votar, haciendo una firme llamada de atención a la actual administración, que lo que sí dejó claro es que lo que ha hecho muy bien en los últimos tres años, lejos de sumar es dividir a la sociedad…