Mónica Garza

“¿Cómo dicen que declaré estando intubada?”: Liliana Fernández

GENTE COMO UNO

Mónica Garza*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Mónica Garza
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Liliana Fernández es una joven regiomontana de 23 años, madre de 4 niños, un niño de ocho años, una niña de seis, otra de tres y una bebé de un año 5 meses.

Esta joven madre narra que el 26 de marzo pasado fue privada de su libertad, presuntamente por su casero y otros dos sujetos. Los tres la golpearon, la violaron y creyéndola muerta le prendieron fuego.

Milagrosamente sobrevivió al ataque y pasó un mes en terapia intensiva, hasta conseguir salvar su vida. Una vida que nunca volverá a ser la misma desde la discapacidad que le dejó el ataque del que fue víctima.

Los agresores están identificados como taxistas del municipio de Salinas y se han difundido imágenes en redes sociales; sin embargo, la Fiscalía del estado asegura que la joven miente, que ha cambiado su versión de los hechos y lo que declara hoy no es lo que se encuentra en la carpeta de investigación que se abrió por su caso.

Desde su cama y en convalecencia, Liliana me concedió una entrevista para adn40. Entrevista que me fue muy difícil de hacer y de ver. Porque la joven, determinada, apareció por Zoom a cara limpia, exponiendo la gravedad de sus heridas y con un rotundo reclamo a la Fiscalía de Nuevo León:

“Quiero que me expliquen ustedes como Fiscalía, ¿cómo dicen que declaré estando intubada y con daños en vías aéreas y pulmones?… casualmente salen versiones de un supuesto ‘accidente’ que como todos los casos lo quieren manejar así”… me dijo Liliana.

La joven ha luchado por recuperar al menos su movilidad: Ha sido sometida a 5 intervenciones quirúrgicas en un intento por restablecer el 30 por ciento de su cuerpo quemado.

Su piel, en parte de la cara, cuello y pecho, está prácticamente derretida, pero no su fuerza para exigirle a las autoridades regiomontanas justicia y castigo a sus presuntos agresores.

Y es que hasta que la joven dio a conocer su caso en las redes sociales y éste se volvió viral, las autoridades neoleonesas se manifestaron públicamente, pero para desacreditar su versión:

Liliana Fernández antes del intento de feminicidio.
Liliana Fernández antes del intento de feminicidio.Foto: Especial

“En su declaración oficial, la víctima refiere haberse lesionado por encontrarse en un predio que se incendió, siendo auxiliada por personas que se encontraban en el lugar”, aseguró la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León en un escueto comunicado en Facebook.

Pero Liliana sostiene que no hay tal declaración oficial, porque ella ni siquiera podía hablar cuando las autoridades pretendieron obtener su testimonio:

“Yo tenía dañada la garganta, no había ningún abogado conmigo. Yo no recuerdo qué fue lo que les dije, yo sólo recuerdo que ellos me dijeron ‘tú vas a decir lo que yo escribí en la hoja’, que porque luego a ellos los iban a correr”, me dijo la joven en entrevista, un día después de haber acudido a la Fiscalía para una nueva valoración, donde aún en su condición, la hicieron esperar nueve horas para atenderla.

“La psicóloga se molestó y me dijo que no tratara de manipularla, que le dijera lo que estaba en la carpeta, pero yo no sabía lo que estaba en la carpeta”, me narró la joven visiblemente destrozada, física y emocionalmente.

“Me dijo que por qué subía los videos, que con qué fin los subía y le dije que los subí porque nadie ayudó a mi esposo ni a mí”.

Y nuevamente es Nuevo León y nuevamente la Fiscalía del estado pone en tela de juicio su actuar frente a actos de violencia de género, luego de un caso como el de Debanhi Escobar, francamente desastroso.

Liliana Fernández asegura que se acercó al Instituto de la Mujer donde la responsabilizaron de su tragedia: “…las abogadas me dijeron que esto que me había pasado fue mi culpa, aún estando mal, acababa de salir de cirugía y ellos así me trataron”.

La realidad es que Liliana Fernández no está teniendo un proceso judicial como debiera, la Fiscalía del estado nuevamente aparece como esquiva u omisa, los presuntos agresores libres y pareciera que nadie los busca.

“No puedo estar mucho tiempo parada, el brazo izquierdo me quedó pegado a mi piel, de lo que son los pechos y no puedo enderezarme mucho porque me duelen mucho las heridas y debo de estar acostada”.

Así describe su vida Liliana mientras espera la sexta cirugía a la que será sometida el próximo jueves, para retirarle grapas del pecho y un doloroso procedimiento de limpieza dermatológica.

Recuperación y justicia son sus dos grandes retos. Una misión que se antoja casi imposible por el estado de las cosas, pero sobre todo por el desamparo que una vez más exhibe los criterios en materia de justicia de un Nuevo León ya suficientemente desacreditado.