Mónica Garza

México, un destacado exportador… también de corrupción

GENTE COMO UNO

Mónica Garza
Mónica Garza
Por:

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, México se ha posicionado como uno de los principales exportadores en el mundo, líder en la región y principal socio comercial de los Estados Unidos desde 2019.

Somos uno de los principales exportadores de aguacate a nivel mundial y el año pasado también alcanzamos un récord en exportación de tequila —con más de 351 millones de litros—.

Desafortunadamente la mala nota la damos en la que, hasta hoy, sigue siendo la especialidad de la casa: la impunidad ante la corrupción, y eso también lo exportamos…

Entre 2016 y 2019 México no ha sancionado ni un solo caso de corrupción a nivel transnacional. Se trata de delitos que ocurren cuando empresas mexicanas que hacen negocios en el extranjero, sobornan a funcionarios de otros países; pero también cuando empresas extranjeras llegan a México y “compran” a servidores públicos que radican aquí o son connacionales.

Desde 1999, México identifica como delito el cohecho en prácticas comerciales, pero claramente no es algo que hasta ahora le haya interesado castigar, lo que nos coloca entre los 47 países del mundo que generan el 80% de las “exportaciones de corrupción”, y dentro de este grupo, estamos entre las 34 naciones que hacen poco o nada por castigar estos ilícitos.

En el informe realizado por las organizaciones Transparencia Internacional y Transparencia Mexicana, se detectó que en el periodo analizado (2016-2019), Estados Unidos inició 4 investigaciones que terminaron en sanción por hechos de corrupción ocurridos en México.

Las autoridades estadounidenses lograron recuperar mil millones de dólares de activos que se desviaron por estos casos específicos, que en México nadie se tomó la molestia de investigar, aun teniendo la obligación de hacerlo, de acuerdo a los supuestos de la convención de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de la que somos un país firmante.

Se podría pensar que, por tratarse de un delito transnacional, los responsables alcanzan a escabullirse de las autoridades, pero no es así. La información que el reporte presenta, fue cotejada con el trabajo del que rinde cuentas la Fiscalía General de la República, lo que significa que sí se tiene conocimiento de los hechos, pero simplemente no se actúa en consecuencia.

Barracas de tequila, en una destiladora jalisciense.
Barracas de tequila, en una destiladora jalisciense.Foto: Cuartoscuro

La Fiscalía Anticorrupción inició en 2019 un total de 773 investigaciones, de las que solo 5 fueron presentadas ante un juez; ninguna de estas estuvo relacionada a sobornos foráneos.

Esto demuestra, una vez más, los alcances de la impunidad en nuestro país, que en el caso de la corrupción transnacional representa un 100%.

El Gobierno de México adquirió un compromiso internacional para el periodo 2018-2024 en el que se estableció dar cumplimiento a la ley para proteger a nacionales y extranjeros de la corrupción, sin embargo, pareciera que dicho acuerdo ha quedado como letra muerta.

Pese a que hace dos años —en octubre de 2018— se aprobó un protocolo para combatir el soborno en el extranjero, desde el inicio de la administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador, no se ha presentado ninguna información sobre la implementación de este nuevo procedimiento, que se suma a la lista de pendientes en materia de justicia.

La última Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental señala que, el 56.7% de población mayor de 18 años considera que la corrupción es el tercer problema más grave de México, sólo detrás de la inseguridad y la delincuencia.

El impacto de este mal burocrático y social afectó a casi 16 mil personas por cada 100 mil habitantes y nos costó casi 13 mil millones de pesos. De ese mismo tamaño son las proporciones del costo del cohecho transnacional.

En el ranking del Índice de Percepción de la Corrupción del año pasado, elaborado también por Transparencia Internacional, México ocupa el lugar 130 de 198 países y en la escala de calificación del 0 al 100, donde el 100 significa “libre de corrupción”, México tiene solo 29 puntos, es decir que estamos de forma contundente, reprobados.

La mala conducta y la poca —o nula— acción de las autoridades competentes en el tema, ahora ya es de conocimiento internacional, y se exhibe en voz alta el destacado lugar que México ocupa en esta nueva lista negra, donde la indiferencia es el cómplice perfecto del delito, y burlón espectador de una supuesta “lucha contra la corrupción”.

Vaya contradicción…