Crece tensión con Irán

Todos recordamos lo largo y tortuoso que fue el camino para lograr el pacto internacional con Irán que limitaba su programa nuclear y que permitía visitas de delegaciones internacionales para verificar que no se desarrollara armamento. Este fue un gran triunfo de la diplomacia internacional que logró bajar la temperatura en una región que es un polvorín. Este acuerdo sin precedentes se vino abajo con la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos.

Trump llegó a la Casa Blanca entre bravuconadas y slogans sin sustento. Una de las primeras acciones internacionales fue destrozar este acuerdo tejido a mano lo cual provocó que se regresara al escenario en el que Irán manejaba su programa nuclear en la opacidad y EEUU respondía con bloqueos económicos que encendían los ánimos de los grupos más radicales del país islámico. Un retroceso diplomático lamentable.

A este escenario le siguió el asesinato del general Soleimani por parte de EEUU, misma agresión que fue respondida con un calculado ataque a bases militares iraquíes en las que había tropas estadounidenses y que, sin embargo, no causaron ninguna baja. Una advertencia directa que no provocó un conflicto armado.

Posteriormente, agentes israelíes asesinaron al número dos de Al Qaeda, demostrando que pueden entrar y salir de Irán sin ser detectados y poniendo al gobierno en alerta máxima.

Con la paz pendiendo de un hilo llegamos al asesinato de Fakhrizadeh, padre del programa nuclear iraní, que tanto el ayatolá Ali Jamenei como el presidente Rohaní han denunciado declarando que se buscarán represalias “a su debido tiempo”. Rohaní acusa a Israel de sembrar el caos y advierte que estas acciones no detendrán su programa nuclear ni provocarán en ellos una reacción impulsiva. El presidente iraní es considerado moderado dentro de la República Islámica, sin embargo, la presión de los grupos más extremos está al alza con la seguidilla de agresiones que amenazan con provocar una reacción que podría detonar un conflicto armado.

En este escenario, la sucesión presidencial en EEUU cobra especial importancia. La victoria de Biden abre paso al camino diplomático. La posibilidad de resucitar el acuerdo nuclear a cambio de levantar las sanciones está nuevamente sobre la mesa. Sin embargo, los recientes sucesos han agitado el avispero y ya se han presentado manifestaciones anti-americanas en la capital iraní. Estos grupos estuvieron desde un principio en contra del pacto y de las auditorías internacionales, por lo que la brusca gestión de Trump abonó a sus intereses. Trump también juega con la idea de desatar el caos antes de su salida.

La región del Golfo está en alerta máxima y los siguientes meses serán decisivos para el futuro de la región.