Javier Solórzano Zinser

En el día tras día (45) (2021, ¿sólo machucones para la 4T?)

QUEBRADERO

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Por:
  • Javier Solórzano Zinser

No hay indicios de que la vida política del país pueda tener cambios significativos el próximo año.

Será cuestión de tiempo para saber si en medio de la pandemia han surgido nuevos liderazgos u organizaciones que puedan tener influencia y peso a futuro.

En situaciones como ésta, reconociendo que la pandemia es un inédito, aparecen personas que se distinguen por la relevancia que tiene su trabajo en medio de situaciones de adversidad. Recordemos los liderazgos surgidos del temblor del 85, los cuales hoy, en algunos casos, forman parte de los aparatos de gobierno.

A pesar de lo que se diga respecto a los niveles de popularidad del Presidente, no hay signos diferentes de los que hemos tenido. A pesar de algunas variantes en las encuestas, la popularidad de López Obrador es alta, estando en el peor de los casos sobre el 50%. En otras encuestas alcanza 70%, lo cual es relevante, porque sigue sin tener enfrente quien lo pueda retar.

No se visualizan liderazgos emergentes y menos que los partidos de oposición estén jugando algún rol importante en la vida del país. Lo interesante y atendible está en los gobiernos estatales, pero en la mayoría de los casos el peso lo llevan los gobernadores y no los partidos a los que pertenecen; el tsunami también pasó por los congresos locales.

La oposición visible al Presidente se sigue centrando en los medios y las redes. En ello concentra su atención en las mañaneras. No hay día en que no haga alguna referencia crítica a éstos.

Cuando López Obrador habla de la política, diríamos institucional, sólo menciona que muchos de los problemas que se están presentando tienen que ver con que “próximamente habrá elecciones”. Ésta ha sido su respuesta para asuntos tan delicados como el de Puebla, o para el muy serio debate sobre la relación entre los estados y la Federación.

Por lo pronto, no se alcanza a apreciar que las elecciones de 2021 vayan a tener resultados sorpresivos o claramente adversos para el Presidente. Seguramente se llevará uno que otro susto, no necesariamente va a tener enfrente organizaciones bien armadas o porque crezcan los partidos de oposición. El ejercicio del poder derivado de asuntos muy delicados que no han sido bien manejados puede pesar, con razón, en el ánimo de algunos votantes que a la mejor lo que terminan haciendo es simplemente votar en contra de lo que representa el Presidente.

Hoy por hoy siguen sin aparecer oposiciones que sean los equilibrios que tanta falta hacen. La ausencia de ello está teniendo un costo muy grave por la falta de interlocutores con peso que le permitan y obliguen al Gobierno a tener miradas diferentes de lo que hoy parecen ser objetivos y decisiones únicas e inapelables.

El equilibrio político obliga al Gobierno a entrar en terrenos de debate, pero siendo tan fuerte el poder del Presidente y de Morena en el Congreso no hay un solo indicio que muestre que les interese escuchar en serio otra voz que no sea la de ellos mismos.

Otra variable a considerar es que el Gobierno está haciendo un trabajo por todo el país que no necesariamente estamos viendo. Muchos jóvenes que se han visto beneficiados con los programas de Gobierno se han ido integrando a las estructuras de Morena y seguramente jugarán un papel fundamental en las elecciones del año que entra.

A las manifestaciones de diversos grupos a través de las redes sociales no se les ve futuro. Están siendo verbalmente violentas con tonos de abierta ilegalidad, y todo indica que lo que los mueve tiene más que ver con afectaciones y preocupantes enconos sociales.

En medio de la pandemia hay pistas para imaginar el futuro político.

RESQUICIOS.

Focos rojos. El 1 de junio se vence el plazo que puso Barack Obama para los dreamers para que los estudiantes de origen hispano se puedan quedar en EU, lo cual está en los deseos de Trump. Los quiere expulsar y muchos de ellos vendrán al país a algo así como a la nada.