Rafael Solano

Recuperar la alegría de México

DE LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD

Rafael Solano
Rafael Solano
Por:

Desde hace varios meses he atendido a un sinfín de videoconferencias de consultores políticos que hablan sobre los retos de la oposición rumbo a las elecciones 2021. Hay tres consultores que desde mi perspectiva entienden muy bien el contexto actual del país: Luis Espino, Fernando Vázquez Rigada y Ana Gutiérrez. Cada uno tiene distintas apreciaciones desde su propia visión como consultor y sus experiencias profesionales.

Aquí les van algunos puntos de convergencia que destaco a partir de sus análisis profesionales y que considero relevantes para cualquier candidato o activista de oposición:

· Evitar pelear en el terreno del insulto, no utilizar las palabras del partido en el gobierno, ni sus marcos de referencia y denostación que incitan al encono y el resentimiento. Es decir, romper el ida y vuelta de la agresión populista y renovar el lenguaje sobre la reconciliación.

· El eslabón más débil son los gobiernos locales del partido oficial y el mal manejo de la crisis por la pandemia y la falta de seriedad; los errores en la estrategia de seguridad; la falta de capacidad para promover y dar garantías a la inversión privada y el desempleo brutal; la insensibilidad hacia el tema de feminicidios; así como la política de austeridad que ha lastimado los servicios públicos básicos.

· Activar al votante y las propuestas, basado en la preparación para gobernar y en la resolución de problemas. Orientar a la participación ciudadana de la sociedad civil a las elecciones, aún ante la pandemia, identificando a las voces relevantes de la oposición (empresarios, medios, asociaciones) para romper el “no hay oposición” o “morena va solo”.

· Recuperar la conversación en barrios, calles y redes sociales donde está el público general, no especializado y no “contaminado”. Es decir, salir de twitter para recuperar el termómetro social. Hay que recordar que probablemente quien está leyendo esto, es justamente un público especializado.

Hay además, un punto transversal en estas visiones, quizá el más importante: recuperar la alegría, el optimismo y la felicidad. Las encuestas nos muestran que la felicidad en el país ha caído casi 20 por ciento, es decir, se ha construido en los últimos meses un país polarizado y desgastado. Pero hay que recordar que, ante las peores crisis, el país siempre ha salido adelante, con una fe innata del pueblo mexicano. Es la alegría de México su diferenciador con el mundo y el mejor antídoto contra el resentimiento y la división.

El país se merece salir del campo de batalla artificial articulado desde la propaganda oficial, para regresar a ser quién es en realidad: México es una patria alegre.