Ubaldo Díaz

No hay condiciones para un periodo extraordinario en el Congreso

LOS BAZUCAZOS DE UBALDO  

Ubaldo Díaz
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La presidenta de la Cámara de Diputados, Dulce María Sauri Riancho, sostuvo que no hay tiempo para aprobar en lo que resta de esta legislatura las tres reformas constitucionales propuestas por el presidente Andrés Manuel López Obrador y habrá que esperar hasta septiembre. La legisladora del PRI, adelantó que el PRI no aceptará nada que debilite al Instituto Nacional Electoral (INE), aseguró, que tampoco su grupo parlamentario avalarán la propuesta del Ejecutivo federal de eliminar los 200 diputados de lista nacional, los llamados plurinominales.

La dirigente sí estuvo de acuerdo en eliminar a los legisladores de lista nacional, explicó, que la primera minoría ayudaría a que esa representación de segundas fuerzas regionales que hay en el país pudiera expresarse. Recordó, que la lista plurinominal del Senado fue justamente la respuesta a la propuesta que hizo el PRD, el partido que encabezó Andrés Manuel López Obrador en la reforma electoral de 1996.

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En la democracia a la mexicana se gasta el dinero a manos llenas y los principales beneficiados son los partidos políticos. Pierdan o ganen las organizaciones políticas se llevan una jugosa tajada de dinero.

Por ejemplo, los partidos fugaces que no lograron conservar su registro le costaron al erario 564.6 millones de pesos. Nos referimos a los partidos Encuentro Solidario (PES), Fuerza por México (FXM) y Redes Sociales Progresistas.

Esa cantidad de dinero que recibieron sería utilizada para sus primeras semanas de existencia y campañas electorales. Al final de la contienda electoral se conoció su pésimo desempeño: no consiguieron ni el 3 por ciento de la votación requerida para seguir como partidos políticos.

Y ante el anuncio del presidente López Obrador de que presentará al Congreso una iniciativa de reforma en materia electoral, es de esperar que uno de los cambios propuestos incluya el hacer más difícil que nuevas organizaciones reciban el registro oficial y, sobre todo, evitar que sólo sirvan para que un grupo de dirigentes disfruten de dinero público, pues con frecuencia se reciben denuncias de que los recursos supuestamente destinados a acciones electorales nunca llegan manos de dirigentes locales ni mucho menos a los ingenuos o interesados que aceptan ser candidatos, muchos de los cuales tienen la sobrecarga de costear sus campañas.

La anunciada iniciativa tiene como objetivo central reducir costos del sistema electoral y como acciones seguramente incluirá acortar la estructura del INE y los salarios de los funcionarios, así como reducir el financiamiento público a los partidos. Es aquí donde entraría el endurecimiento de los requisito que deban cumplir los nuevos partidos, para que obtener esa franquicia deje de ser un atractivo negocio.

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Las Cámaras de Diputados y de Senadores eran una fábrica de gobernadores, situación que fue confirmada en la pasada elección del 6 de junio, cuando los legisladores con licencia consiguieron ganar los comicios en sus respectivos estados y convertirse en gobernadores de esas entidades.

Dejar el Congreso por un gobierno estatal es una buena idea para los políticos que realizan el trueque con mucha frecuencia, con resultados favorables.

La pasada elección no fue una excepción, sino una confirmación de dicha regla, aunque ahora también se presenta a la inversa dicha situación, con exgobernadores que buscan su reingreso al Congreso de la Unión.

Un compacto grupo de exmandatarios estatales decidieron incursionar de nueva cuenta en las urnas, la mayoría de ellos buscando un sitio dentro de la Cámara de Diputados, aunque usaron vías distintas.

Pocos decidieron la ruta directa del voto a pie de urnas y otros más buscaron la comodidad de ser ubicados en las listas plurinominales, en sitios preferenciales para tener su curul sin el sudor de su frente.

Pensaron que ya habían sudado bastante por lo que no era necesario pasar nuevamente el control de las urnas con el refrendo de los electores.

Sin embargo, tres de ellos decidieron tentar al electorado y registrarse como candidatos de mayoría y los tres lograron salvar la aduana electoral. Dos panistas y un ex perredista, converso a Morena, lograron su propósito y ahora formarán parte de la LXV legislatura del Congreso de la Unión.

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Cuatro exgobernadores decidieron ir por cargos locales (presidencias municipales). Los cuatro fracasaron dejando en claro que sus administraciones no fueron todo lo exitoso que ellos creen.

Manuel Andrade y Andrés Granier quienes gobernaron Tabasco del 2002 al 06 el primero de ellos y del 2007 al 2012 el segundo, fracasaron en su intento de presidir el ayuntamiento de Centro (Villahermosa), donde les ganó la candidata de Morena, Yolanda Osuna.

Peor les fue a los ex gobernadores de Aguascalientes y Morelos, Luis Armando Reynoso Femat y Sergio Estrada Cajigal, respectivamente, quienes ni siquiera pintaron en el ánimo ciudadano. Los cuatro fueron rebasados por los candidatos del PAN, partido en el que antes militaron.

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Luego de que las autoridades electorales confirmaron su triunfo electoral como alcalde de Escobedo, Andrés Mijes Llovera de Morena cerró filas con los partidos que lo apoyaron en alianza, para poner en marcha las estrategias sociales y económicas en beneficio de los habitantes del municipio conurbado a la capital del estado. Mijes obtuvo su triunfo a pesar de las denostaciones del PAN y la intromisión de Zeferino

Chefo en Escobedo, que operaba a favor de la candidata Elva Araceli Alonso González incluso financiando sus actividades proselitista, al igual que Jaime Rodríguez; sin embargo no está del todo claro la procedencia de los recursos de la aspirante panista que en su campaña hizo más exhibicionismo que propuestas.