Valeria López Vela

Biden-Harris

ACORDES INTERNACIONALES

Valeria López Vela
Valeria López Vela
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La tarde de ayer, Joe Biden anunció el nombre de su compañera para la boleta electoral del próximo 3 de noviembre. El precandidato demócrata había adelantado que su mancuerna sería una mujer del partido, como respuesta a las demandas de equidad del movimiento feminista norteamericano.

Entre los nombres que se barajaban estaba el de la senadora por California, Kamala Harris; la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer; la exasesora de Seguridad Nacional de Obama, Susan Rice; la legisladora por California, Karen Bass; la congresista de Florida, Val Demings, y la senadora por Illinois, Tammy Duckworth.

Y aunque, tradicionalmente, los vicepresidentes tienen poca relevancia política, en esta ocasión, las condiciones están planteadas de manera inversa: primero, por el impacto en la intención de voto y, segundo, por las posibilidades de quedar al frente de la administración.

La compañera de boleta por la que se decante Biden será un mensaje claro para los votantes indecisos: no es lo mismo votar Biden-Harris que Biden-Rice, pues cada una de ellas cuenta con una línea política que avivará las pasiones electorales. Asimismo, será un mensaje sobre el rumbo del partido y las prioridades del posible próximo presidente.

Biden se decidió por la senadora Kamala Harris, una extraordinaria abogada que fue la primera fiscal mujer de su estado. Harris aporta a la campaña de Biden la perspectiva de género, la inclusión, la experiencia en temas de seguridad e inteligencia y, sobre todo, solvencia judicial.

Así, la fórmula Biden-Harris sería un guiño al movimiento Black Lives Matter y Me Too, al tiempo que una bofetada para los votantes más conservadores; las mujeres más progresistas apoyarían con gusto a Kamala, mientras que los hombres recordarían el implacable interrogatorio que le hizo a Brett Kavanaugh, antes de que fuera nombrado Ministro de la Corte, sobre la investigación que realizaba el fiscal especial, Robert Mueller.

La designación de Kamala anuncia una campaña fuerte: un cara a cara con la administración actual y con los norteamericanos más radicales, los supremacistas blancos y los racistas. Por ello, no me sorprendió la barata respuesta de la campaña de Trump: utilizar apodos y apelar a las emociones de desprecio más bajas.

Sumado a lo anterior, hay posibilidades de que la vicepresidenta tenga que hacerse cargo de la Oficina Oval por la edad de Biden, quien asumiría el poder con 78 años. Así, las probabilidades de quedar incapacitado, enfermo o que falleciera, tendrían que encontrar a una vicepresidenta lista para ejercer funciones y convertirse en la primera presidenta de Estados Unidos.

Me emociona pensar en el discurso que dará Kamala en la Convención Demócrata, que se celebrará del 17 al 20 de agosto, de manera virtual, y que contará con las intervenciones de Michelle Obama y Bernie Sanders, entre otros.