Crisis en Ucrania: ocho años después

ACORDES INTERNACIONALES

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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En 2014, publiqué en La Razón un artículo para contextualizar la crisis en Ucrania. En ese año, la anexión de Ucrania por parte de Rusia, aumentó considerablemente el termómetro de la tensión internacional. En abril del año pasado, las alarmas volvieron a encenderse. Pero, en los últimos días, una escalada militar parece inminente.

¿Por qué Ucrania? Ucrania es la víctima necesaria para lanzar un ataque de mayores dimensiones y presenta, además, dos ventajas específicas. La primera, la estratégica posición geográfica. La segunda, las importantes industrias armamentistas que, hasta hace algunos años, tenían en los rusos a su mejor cliente. Si Rusia toma a Ucrania, gana en localización y en comercio. En la lógica de la guerra, el costo político de la invasión se vería inmediatamente recuperado por estos dos beneficios.

 

¿Quiénes serían los protagonistas? Aunque es claro que se trata de un conflicto entre las fronteras de países europeos, es inevitable que Estados Unidos y los países de la OTAN tengan que involucrarse desde el primer momento. En abril del año pasado, el Departamento de Estado de la administración Biden elevó la calificación del conflicto a una “crisis potencial inminente”, al tiempo que mostró su apoyo al presidente ucraniano, Volodomir Zelenski.

A diferencia de su homólogo estadounidense, Putin ha deseado ansiosamente el conflicto que lo corone como el gran gobernante ruso. El gasto militar de Rusia se ha incrementado drásticamente desde el  2012. El presupuesto para 2013-15 otorgó un incremento del 40%. El Programa Estatal de Armamentos 2011-2020 previó la construcción y entrega a la Armada de ocho submarinos portamisiles (SSBN) Borei y de ocho submarinos nucleares de ataque multipropósito (SSN) Yasen.

De acuerdo con datos de SIPRI, los cinco países que destinan mayor presupuesto en armamento son Estados Unidos, China, India, Rusia y Arabia Saudita. Incluso, durante la pandemia, la producción y compra de armas no se detuvo.

Aunque Rusia no tiene portaaviones, cuenta con 8 submarinos portamisiles y 8 de ataque multipropósito. Por su parte, Estados Unidos tiene once portaaviones activos más los de los otros países de la OTAN: dos Italia; dos en Reino Unido y uno en Francia.

Actualmente, la distribución de las ojivas nucleares es la siguiente: Rusia tiene 6,375; Estados Unidos, 5,800; Francia, 290 y Reino Unido, 215.

 

¿Cuáles fueron los errores que nos llevaron a este escenario? Primordialmente, la administración Trump y su descuidada política internacional que proporcionó el tiempo y el espacio para que Putin reorganizara su escalada armamentista.

No nos hagamos falsas ilusiones: la posibilidad de un enfrentamiento mundial es alta. Nuestro país no tiene ni armas ni ejército suficientes para participar; pero México tiene fronteras y petróleo: ¿son esas sus mejores armas o sus peores debilidades? Dependerá de la habilidad del Presidente.