Consumo al alza y renuncia inesperada

Consumo al alza y renuncia inesperada
Por:
  • arturov-columnista

En una coyuntura económica donde claramente destaca la desaceleración productiva, noticias sobre el desempeño reciente de la demanda interna (consumo e inversión) y una persistente baja en la inflación brindan un nuevo halo de optimismo para el crecimiento económico de los próximos meses. No obstante, las buenas noticias y el panorama económico se ensombrecen frente a la renuncia del secretario de Hacienda.

En abril, el consumo de las familias repunta significativamente. Avanzó 1.3% respecto a marzo. A pesar de que la caída de las ventas en el sector automotriz, la tendencia de crecimiento en los segmentos de bienes no duraderos y semi-duraderos continúa positiva. El consumo de bienes duraderos presentó un pésimo desempeño (-5% anual en el primer cuatrimestre del año). Gran parte de este mal desempeño se debe a la disminución en la venta de automóviles nuevos que, medidas en unidades, siguen marcando un deterioro importante, incluso en el segundo trimestre cayeron 11% anual.

Si bien una sola observación no es suficiente para modificar la tendencia de menor crecimiento del consumo observada en los últimos meses, debe tenerse en cuenta que, el dato del agregado de consumo en abril el alentador. En paralelo, otros indicadores confirman la recuperación del consumo de las familias en el segundo trimestre.  Las ventas al menudeo de abril reportadas por Inegi y la ANTAD en mayo reportan una mejoría del comercio.

En el mismo sentido, la inversión productiva en abril mostró un importante incremento de 2.5% respecto a marzo, con repuntes importantes a su interior del gasto en construcción y en maquinaria y equipo. Aunque tampoco este dato no brinda certeza sobre un cambio en la tendencia negativa de la inversión, si apoya la idea de una paulatina mejoría para los meses siguientes.

Un tercer elemento positivo fue la disminución de la inflación que, si bien no fue buena noticia del todo debido al comportamiento del componente subyacente, el hecho de que el crecimiento de los precios al consumidor se ubique ya por debajo del 4% es otra noticia bienvenida en el ámbito económico.

Desafortunadamente, los datos favorables de consumo, inversión e inflación se vieron empañados por la renuncia del ahora exsecretario de Hacienda Carlos Urzúa. Sin duda un economista muy entrenado y capaz que, a través de un manejo equilibrado y prudente de la política económica, supo dar certidumbre a los mercados en esta primera y difícil etapa de transición.

No es buena noticia por el tono y causas de su renuncia. Un tono agreste y lleno de inconformidad son manifiestos en el comunicado. La falta de independencia del secretario para la toma de decisiones abre sin duda, preocupaciones sobre el quehacer de la política fiscal. Hasta ahora, todos estamos convencidos de que una de las premisas fundamentales de la actual administración ha sido el mantenimiento del equilibrio fiscal. La necesidad de finanzas públicas sanas ha sido claramente entendida y ha sido un elemento prioritario de la política económica.

Por otro lado, buena parte del moderado optimismo hacia el futuro por parte de los analistas radica en el quehacer de la política económica. Dos ejes en la segunda parte de este año y el siguiente deberán promover el crecimiento: la expansión del gasto público en áreas prioritarias –después de un rezago importante en la primera parte del año- y la política monetaria más expansiva.

El nuevo secretario de Hacienda, que innegablemente goza de una gran reputación en el medio, deberá fortalecer con firmeza los principios básicos de las políticas públicas que su antecesor fincó eficientemente.