De la Venus de Willendorf a la mujer actual

De la Venus de Willendorf a la mujer actual
Por:
  • yolanda_pica

El objeto más destacado que existe en el Museo de Historia Natural de Viena es una figura femenina llamada La Venus de Willendorf, una pequeña estatuilla de piedra caliza encontrada hace más de cien años a orillas del Danubio, en Baja Austria, por el arqueólogo Josef Szombathy. Tiene más de 25 mil años y se le llama Venus por sus formas femeninas, reconocida como el modelo de belleza en la Era de Piedra.

Sus características estéticas son distintas a los estándares actuales: tiene un cuerpo con exceso de grasa corporal en la parte superior, representada con un gran desarrollo mamario, y un vientre prominente, interpretados como una situación típica de embarazo, se le ha relacionado con

el culto a la fertilidad.

Es probable que su creación coincida con el inicio de la prueba de la conciencia en los seres humanos, pues al confeccionarla se pudo representar una idea, una cultura y un modo de pensar. Su dimensión (10.5 cms.) permitía llevarla consigo como amuleto, pues estamos hablando de sociedades nómadas. En una época en la que no había escritura, la interpretación es observar en lo que se centraron: su cabeza no tiene rasgos faciales, lleva una especie de gorro, pero enfatiza sus órganos reproductores, considerando a la mujer como generadora de vida.

Y de pronto llegamos a la época actual en que las mujeres hemos cobrado un papel central en el estudio de la salud mental. La razón es que los cambios en los ciclos hacen que estemos expuestas a diferencias hormonales que afectan la función cerebral.

Las hormonas femeninas son estrógenos y progesterona y son esenciales para desarrollarse y poder ser fértiles. Influyen los ovarios, el eje hipotálamo-hipófisis-ovario y el eje tiroideo. Las mujeres sufren grandes cambios relacionados con la menstruación, el embarazo y la menopausia.

El cinco por ciento del sexo femenino presenta una falla entre los niveles hormonales y la respuesta del Sistema Nervioso Central que puede llevar a trastornos de ansiedad y cuadros de depresión, por lo tanto el inicio de estos padecimientos llega a un pico durante la adolescencia y adultez temprana con un riesgo mayor que en el sexo masculino.

La dra. Margaret Altemus, psiquiatra e investigadora de Salud Mental en la Universidad de Yale, afirma que a lo largo de la vida las mujeres tienen el doble de riesgo de padecer depresión y ansiedad que los hombres.

Pero hay algo que ayuda a las mujeres a enfrentar esta desventaja y es un concepto llamado “resiliencia”, que es la capacidad de las personas para recuperarse de las experiencias adversas y conseguir más fuerza. Un estudio del Dr. Mark Moran demostró que a pesar de que las mujeres son más susceptibles a los trastornos del afecto, también tienen con más claridad un propósito de vida, lo cual tiene un efecto protector que aumenta la capacidad de recuperación de los eventos dolorosos. Sus experiencias físicas: menstruación, embarazo, maternidad, lactancia, menopausia, les da una dimensión de profundidad que permite el aumento de sus capacidades de enfrentamiento y las convierten en un soporte social para su familia.

En palabras de Mary Shelley: “no deseo que las mujeres tengan más poder que los hombres sino que tengan más poder sobre sí mismas”.